En estos días, miles de fans del género del terror irán a buscar sacarse un susto con Anabelle: Creation, precuela de Anabelle, que a su vez es la precuela de The Conjuring.

A pesar de que la primera parte tuvo opiniones bastante dividides, la crítica está hablando muy bien de la nueva película, añadiendo además que enlaza a la perfección a los otros filmes del ahora Universo Fílmico de The Conjuring.

La historia de esta muñeca está basada en uno de los casos del matrimonio Warren, quienes tuvieron que lidiar con una muñeca Raggedy Ann poseída. Junto al fiasco caso de Amytiville, esta es la anécdota más famosa de la pareja caza demonios.

Pero mucho antes de que esta muñeca fuera poseída, el sur de los Estados Unidos ha sido el hogar para una de las maldiciones más legendarias del país.

Robert el muñeco maldito

Desde 1906, el muñeco simplemente conocido como Robert, ha sido el depositario de cientos de leyendas y de anécdotas paranormales.

Alguna vez posesión del pintor Robert Eugene Otto, este muñeco ha sido la inspiración para casi todas las películas de muñecos malditos, en especial de la serie Child’s Play… oséase las películas de Chucky.

Nacido en Key West, Florida, Eugene era el hijo de un matrimonio burgués. Como gran parte de los ricos de aquella época, la familia Otto tenía varios sirvientes, la gran mayoría provenientes de las Bahamas, isla donde se empezó a propagar la práctica de la religión Vudú.

Bien pues, tras despedir a una de sus trabajadoras, ésta, furiosa buscaría vengarse. Para esto, confeccionó un muñeco de tela el cual dio como regalo de despedida a Robert.

Lo que nadie se esperaba, es que el muñeco estaba maldito. Desde ese entonces, varios reportes de eventos paranormales han trascendido.

Desde escuchar una voz grave provenir del muñeco, hasta verlo moverse de una habitación a otra, pero tal vez lo peor de todo eran los constantes ataques y heridas que sufría Eugene a manos de Robert.

Durante toda su vida, Eugene siempre llevó consigo al muñeco de tela, hasta el día de su muerte. Uno pensaría que lo siguiente sería destruirlo, pero no, ya que desde los años 70, década en la cual murió Eugene, Robert se ha convertido en una de las exhibiciones del Museo de Arte e Historia de Key West, rotando entre la oficina de correos y el Museo Este de Martello.

Convirtiéndose en una de las mayores atracciones turísticas de Key West, las endemoniadas travesuras de Robert continúan. Varios de los trabajadores de los museos en donde funge como exhibición, han contado que el muñeco se mueve por las noches, saliéndose de su vitrina.

Incluso, hay quienes afirman haber capturado el momento en el que Robert se mueve durante horas de visita.

Pero esto, no acaba aquí. Según la leyenda, toda persona que quiera tomarse una foto con él, o grabarlo en video, debe de pedirle permiso. Así mismo, la gente que no le caiga bien debe de abandonar el museo, a menso que quieran sufrir de un accidente fatal.

Se dice incluso que el poner imágenes sin su consentimiento puede resultar en una maldición por parte del muñeco.

En fin, sean creyentes o no de estas cosas, no se puede negar que la historia es bastante interesante y que a pesar de tener más de 100 años de existencia, Robert aún es considerado como un ícono de la historia estadounidense.

Robert el muñeco maldito

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