Entre los ganadores de los SAG Awards están los actores Stranger Things, que se llevaron el premio a mejor reparto en una serie dramática. Como siempre, los niños que protagonizan la serie encantaron al público con sus sonrisas todavía joviales y atuendos demasiado sofisticados para gente de su edad. Pero cuando todos los actores pasaron a recoger el premio la que se robó la atención fue Winona Ryder. Aunque su coprotagonista, David Harbour, fue el que se encargó de tomar el micrófono para agradecer el premio del sindicato, las caras de Winona mientras él hablaba inundaron las redes sociales porque pues:
Sin embargo, entre las cosas que dijo David Harbour, independientemente de las reacciones de su protagonista, hay un mensaje que vale la pena rescatar. Más cuando las dice con tanto fervor (a pesar de que estaba enfermo):
Con todo lo que está sucediendo en el mundo hoy en día, es difícil celebrar a la ya celebrada Stranger Things. Pero este premio de parte de ustedes, que se toman su oficio en serio y creen sinceramente –como yo– que una gran actuación puede cambiar al mundo, es un grito de guerra de parte de nuestros colegas… Para profundizar más en nuestro arte; para combatir el miedo, el egoísmo, el egocentrismo y la exclusividad de una cultura predominantemente narcisista, y a través de nuestro arte cultivar una sociedad más empática y comprensiva, al revelar verdades íntimas que a otros les sirva como recordatorio de que cuando se sientan destrozados, asustados y cansados, NO ESTÁN SOLOS.Estamos unidos por el hecho de que todos somos humanos y vamos juntos en este viaje horrible, doloroso, feliz, emocionante y misterioso que es estar vivos. Ahora, mientras actuamos en la narrativa continua de Stranger Things, nosotros, desde el Medio Oeste estadounidense de 1983, rechazaremos a los bullies, le daremos refugio a los bichos raros y a los marginados y los que no tengan un hogar. Iremos más allá de las mentiras. Cazaremos monstruos. Y cuando nos sintamos perdidos entre la hipocresía y la violencia casual de ciertos individuos e instituciones, como dijo el jefe Jim Hopper: vamos a golpearlos en la cara si quieren destruir lo que hemos vislumbrado para nosotros mismos y para los marginados. Y lo haremos con el alma, con el corazón y con alegría. ¡Gracias por esta responsabilidad!
