El Gobierno de la Ciudad de México implementará el programa “Dejando Huella”, a través del cual, adolescentes en conflicto con la ley podrán desarrollar habilidades de entrenamiento, sensibilización y cuidado de perros que posteriormente serán entregados a niños con autismo y discapacidad. 

Dentro del programa interinstitucional participan dependencias del gobierno de la CDMX en conjunto con la Procuraduría General de la República (PGR), con el objetivo de que los adolescentes sean capaces de regular sus emociones, reduzcan sus conductas impulsivas y fortalezcan sus estrategias para poder enfrentar problemas y solucionarlos. 

José Ramón Amieva Gálvez, Jefe de Gobierno, dijo que “Dejando Huella” es una oportunidad para trabajar con los adolescentes que se encuentran en Comunidades de Tratamiento Especializado y así puedan desarrollar un “nuevo potencial” y adquieran nuevos métodos para relacionarse.

“Nosotros no podemos incidir sobre las causas y sobre el proceso por el cual están ustedes aquí. Lo que sí podemos hacer es generar un trabajo conjunto para que ustedes sepan que la vida es mucho más amplia de lo que han vivido y que tienen toda esa vida por delante, que tienen muchas formas de relacionarse y muchas formas de seguir, de continuar”, señaló.

En el discurso que el Jefe de Gobierno dio en  la Comunidad de Tratamiento Especializado para Adolescentes (ubicado en la delegación Tlalpan), también destacó el compromiso que los jóvenes estaban haciendo para salir adelante y mejorar su situación. 

Adolescentes conflictivos podrán entrenar perros como parte de su reinserción social

De acuerdo a investigadores de la Universidad de Florida, los perros pueden ayudar a las personas a bajar sus niveles de estrés, por lo que este programa podría resultar muy benéfico para adolescentes que han caído el círculo de la delincuencia. 

El estudio publicado en la revista Social Development, usó a 100 familias con mascotas, quienes acudieron a un laboratorio. Para poder sacar el estrés, niños de entre 7 y 12 años tuvieron que hablar en público y completar un ejercicio aritmético con la mente.

Mientras que algunos pasaron acompañados de sus perros, otros no pudieron hacer lo mismo. Así, el estudio arrojó que aquellos que mantuvieron la compañía de su mascota, presentaron niveles de estrés más bajos que los que tuvieron que hacerlo solos. 

Para demostrar esto, los investigadores tomaron muestras de saliva antes y después del proceso, con la cual se midió los niveles de cortisol luego del ejercicio.

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