La excelente adaptación de Diego del Río de la obra clásica de Antón Chéjov, La Gaviota, está en su última semana de representaciones en el Foro Shakespeare y, si no la han visto, no se la pueden perder.

-Póster - vertical de La Gaviota

Tuvimos la oportunidad de entrevistar al productor Oscar Uriel y a Diego del Río, director de la obra quienes nos contaron un poco de la concepción de la obra, trabajar con el brillante elenco de la obra y su visión del teatro en México.

 

Entrevista a Oscar Uriel

Sopitas.com: La Gaviota es de las más grandes obras de Chéjov y del teatro ¿cómo fue el proceso de adaptarla?

Oscar Uriel: Es un proyecto que tenemos Diego del Río y yo de una idea que se nos ocurrió hace algunos años de montar tres Chéjovs.

Empezamos con El Tío Vania hace un par de años aquí en el Foro Shakespeare y ahora La Gaviota y también tenemos otro montaje pendiente.

Más que nada, la idea es acercar este tipo de textos a las nuevas generaciones. Si te fijas, en México la última Gaviota que se montó profesionalmente fue hace catorce o quince años.

Hay una reticencia a los textos de Chéjov precisamente porque ha habido montajes muy importantes en la historia del teatro mexicano como El Tío Vania de Ludwik Margules.

No sé, yo soy un atrevido y Diego también y pues es esta idea de que los jóvenes descubran el texto y de esa manera nazca una fascinación por la dramaturgia de Antón Chéjov y finalmente, para el teatro.

Sopitas.com: Y definitivamente no se siente como una obra clásica sino muy avanzada para su época

OU: ¡Exacto! Es lo que sucede con el teatro universal, como con textos como los de William Shakespeare por ejemplo o el realismo americano que son obras que las montas y parece que las escribieron ayer.

Creo que Antón Chéjov fue un gran escrutiñador del alma del comportamiento humano. Es un autor muy inteligente, listo, como muy analítico, muy incisivo, como viste tiene un sentido del humor pero también es muy áspero pero finalmente el retrato que hace del humano en sociedad es atemporal.

Creo que van a pasar muchos años y se van a seguir montando sus obras y la gente va a seguir conectandose.

Sopitas.com: Me pareció muy interesante el uso del espacio en la puesta en escena ¿cómo se llevó esto a cabo?

OU: Desde un principio, cuando nos juntamos diego y yo la idea montar esto de una forma no convencional porque también se puede hacer un montaje muy clásico como fue en 1896.

Pero pues tampoco era el caso, pensamos que si lo íbamos a hacer, había que romper un poco el esquema, todo con una justificación y una propuesta de dirección que tenía que ver con el uso del espacio y la escenografía como dices.

La idea es también hacerlo un poco más intimo, finalmente el teatro a la italiana, el convencional, son dos espacios separados; el espacio donde está el público y donde se representa la obra. Aquí se rompe con todo eso, es como invitar al público a estar en la casa de estas personas.

Sopitas.com: El elenco es excelente, ¿cómo fue trabajar con él?

OU: Como te fijaste, el soporte del montaje es la actuación porque no tenemos otro artificio, no tenemos la gran escenografía ni los vestuarios, como ellos llegan vestidos ese día, así dan la función que también es parte de la propuesta de Diego.

Teníamos un elenco ideal y casi todos los que queríamos se quedaron. Hubo que hacer unos cambios pero los que no están no pudieron por fechas.

Entrevista a Diego del Río

Sopitas.com: ¿Cómo fue para ti trabajar con esta obra?

Diego del Río: Fue muy interesante porque, aunque Chéjov es uno de lo autores más importantes de la historia del teatro, es un autor que definía su obra como “el teatro de la gente común”.

Para mí es un descubrimiento enorme y constante porque dentro de esa simpleza hay una profunda complejidad que es imposible de abarcar, siempre te das cuenta de que estos personajes están llenos de contradicciones, crees que ya los conoces y, de pronto, te das cuenta de que hay ahí un matiz que no habías visto y que las posibilidades son enormes.

Me encuentro como con una sensación irreverente de diversión frente a un autor como este, frente a un material que plantea muchos retos a mi como director y a los actores. Siento que Chéjov era como “de la banda”, no es algo inalcanzable.

Sopitas.com: Algo de lo que me gustó mucho es esa sensación de inmersión, de que el público es parte de todo lo que sucede. ¿Cómo surgió esa idea?

DR: Surge de una necesidad muy personal sobre abordar la teatralidad hacia allá.

En mis últimas propuestas sobre todo la última, “Entonces Bailemos”, he buscado eso; espacios alternativos, encuentros como más simples en donde se pueda dar la magia de lo teatral porque también es una obra en la que el espacio, como verás, no tiene tanto artificio.

Sopitas.com: ¿Cómo fue el proceso de elegir el reparto?

DR: Junto con Oscar. Ya había trabajado con la mitad de estos actores y la otra mitad son actores con los que tenía muchas ganas de trabajar, mucha ilusión, son actores a los que respeto y que, sobre todo, puedan entrar a un trabajo de grupo porque esta es una obra de ensamble.

Es una obra en donde los nueve personajes tienen un desarrollo, aunque la historia de pronto se centra en un triángulo amoroso, la historia engloba a esos nueve personajes entonces era importante que pudieran trabajar en ensamble y que le entraran sin miedo a este tipo de propuesta porque, no hay vestuario, los actores como vienen vestidos ese día dan la función, no hay muchos elementos en el escenario en los que se puedan apoyar y todo eso tiene como intención acceder a una neutralidad que nos permita entender el texto y sus circunstancias y que no haya nada extra que distraiga sobre eso.

Sopitas.com: ¿Volverías a trabajar con una obra de Chéjov?

DR: Sí. Tengo la intención de hacer, con esta misma escenografía, El Tío Vania, ya lo habíamos hecho pero volver a hacerlo y también Las Tres Hermanas y El Jardín de los Cerezos.

Sopitas.com: ¿Qué piensas del estado actual del teatro en México?

DR: Lamentablemente no hay una cultura del teatro tan grande como en otras ciudades como Buenos Aires, Londres o Nueva York pero creo que el nivel del teatro que se hace en México es un nivel muy alto.

He visto muchas propuestas my interesantes con directores y dramaturgos nuevos o vigentes en donde hay una búsqueda por un trabajo más honesto, más verdadero, que hable de nosotros, que nos toque realmente.

Creo que en el teatro mexicano ahora hay cosas muy buenas que ver.

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