ROMA mostró el dominio del lenguaje cinematográfico de Alfonso Cuarón y las posibilidades infinitas de una película. En varias ocasiones, hemos sido testigos de cómo esta cinta rompió con los límites de una producción y se convirtió en una verdadera obra fílmica que destaca por su fotografía, edición de sonido y proceso de producción. Y en esto, la mayoría coincidimos.

La historia que cuenta con sus personajes, es otra cosa. Aquí se pueden dividir opiniones en cuanto al apego que genera en las audiencias, la empatía hacia el personaje principal y el dinamismo de sus interacciones. Esa división de opiniones, que van de un “no me gustó” a “es una de las mejores películas que he visto”, es completamente válido en cuanto a la experiencia personal del sujeto que la ve. Pero en realidad, en otra cosa que coincidimos es la importancia de la conversación que se ha generado en torno a la cinta.

Durante la entrevista de backstage de Cuarón, se realizaron varias preguntas en torno a los tres premios que recibió en la categoría de Mejor Fotografíal, su segundo Oscar como Mejor Director y el primer Oscar que le da a México en Película Extranjera. “Bueno, es una película mexicana. Este reconocimiento pertenece a México. Es un filme mexicano en cada uno de sus aspectos. No es que el equipo haya sido 95 mexicano, sino que fue 100 por ciento del país. Pero es la temática, el país, el terreno, todo es de México. La película no existiría si no fuera de México. No podría estar aquí si no fuera por mi país”.

Sin embargo, uno de los puntos más destacados fue cuando habló de la verdadera importancia de ROMA más allá de la vida de Libo a través de Cleo.Había una necesidad de hacer esta película… Lo más gratificante ha sido la conversación que se ha creado. La conversación acerca de las trabajadoras domésticas y la conversación acerca del racismo en México. Algo de lo que estamos más orgullosos por la película es que está siendo utilizada como plataforma para organizaciones de trabajadoras domésticas tanto en Estados Unidos como en México, como plataforma de su movimiento”.

ROMA nació de las memorias de Liboria Rodríguez y Alfonso Cuarón, de una necesidad, como dijo, de hacer una película que la enalteciera y representara el México de su infancia con los personajes que construyeron la persona en la que se ha convertido. Sin embargo, y a lo mejor fue de manera inconsciente, ROMA con todo y sus contrastes, habló de una realidad en el país que siempre ha permanecido en la sombra: la vida de las trabajadoras domésticas.

Estoy muy orgulloso de eso como lo he dicho antes (representación de la diversidad). Es una de las cosas más gratificantes de la película. No fue diseñado. Fue algo que cuando decidí hacer la película, sólo quería contar una historia personal y el contexto en el que creo se apegaba más a la realidad. Esta conversación que se ha generado, no puedo estar más orgulloso porque, en realidad, es una conversación que se debió haber dado desde hace décadas o probablemente siglos. Es algo bueno que esté sucediendo, pero es algo tarde”.

El cine mexicano siempre ha sido generoso con sus historias y con el apego a contar sus diversas realidades. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre estas otras películas y ROMA? Esta última sobresalió gracias a la enorme atención mediática y el reconocimiento de Cuarón como un gran cineasta, abre el panorama del cine que se hace en México y, como mencionamos al principio, las posibilidades del mismo.

Sin embargo, no hemos de olvidar que antes de ROMA, otras cintas con un mensaje fuerte y real han llegado a otros espacios para decirle al mundo que México es un país de contrastes y de realidades que se deben convertir, con mucha necesidad, en el centro de una conversación.

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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