Han pasado poco más de nueve meses luego del sismo que sacudió a México y puso a prueba la valentía, la fuerza y las ganas de salir adelante de todos los mexicanos. En aquel momento, miles de personas de todo el mundo se unieron para sacar de lo profundo de los edificios caídos a personas que habían quedado atrapadas así como para mover piedra por piedra los escombros para reconstruir ciudades enteras.
Hoy, muchas de esas personas recuerdan el 19s como un episodio que no quisieran volver a sufrir, pero otros, tomaron de lo malo lo mejor y encontraron en el caos su vocación.
Julissa Batista, de 21 años, supo que quería dedicar su vida a ser paramédico luego de que el sismo le arrebatara a su amigo Ángel Saucedo, una de las víctimas del fenómeno natural que se encontraba en un edificio en Álvaro Obregón #286, en la Ciudad de México.
Así como Julissa, otras 141 personas se unirán a las filas de la Cruz Roja, participando como voluntarios, paramédicos o integrándose a sus grupos de juventud, decisión que tomaron después de lo ocurrido el 19s.
Todos los nuevos integrantes provienen de diferentes entidades: Hay 14 personas de Tlaxcala, dos de Tabasco, 72 de Sinaloa, 28 de Puebla, 12 de Chiapas y nueve de la Ciudad de México.
Julissa se unirá a los más de 16 mil paramédicos que existen en el país. Al poco tiempo del sismo, ella se enteró de que su amigo Ángel se encontraba en los escombros de un edificio en Álvaro Obregón, por lo que inmediatamente se organizó con vecinos para acudir a la Zona Cero pero, al no saber de primeros auxilios, tuvo que esperar bastante tiempo para poder ayudar.
“Ángel era sociólogo, trabajaba en recursos humanos de Sanborns, estaba en el cuarto piso y no alcanzó a llegar a las escaleras de emergencia. A una hora del derrumbe marcó a su familia y les dijo que estaba bien, con otras 11 personas.
Tardaron una semana en sacar su cuerpo y fue un golpe muy fuerte. Decidí ser paramédico porque en el momento me sentí muy impotente. No podía pasar. Me formé por horas para tratar de ayudar y quitar los escombros, pero si no sabías de primeros auxilios o rescate no ayudabas mucho”, narró Julissa a El Universal.
Así como Julissa, Daniel Morales Esquivel, de 34 años, encontró su vocación el 19 de septiembre, cuando intentó ayudar también el edificio de Álvaro Obregón pero debido a su poca experiencia no le permitieron pasar.
“Vi que los que eran paramédicos o doctores pasaban inmediatamente, además me sentí inútil porque tampoco sabía de primeros auxilios, sentí la urgencia de estar bien preparado para poder ayudar en momentos de crisis como pasó en México“, externó a El Universal.
Luego de ayudar al rescate de una señora de nombre Patricia Calva, Daniel se dio cuenta que en el rescate estaba su vocación.
De acuerdo a Armando Téllez Cruz, instructor y coordinador de generación de la Escuela Nacional de Técnicos en Urgencias Médicas en el plantel de Polanco, explicó al medio que las convocatorias para aspirantes a paramédicos se realizan dos veces al año, una en enero y la otra en julio.
Si deseas aplicar, la convocatoria estará abierta hasta el 17 de agosto. El único requisito, según Téllez, es ser “humano”.