TENET de Christopher Nolan se estrena este 16 de septiembre. 

Christopher Nolan es un director que protagoniza debates interesantes sobre su importancia en la industria del cine. Por un lado podríamos afirmar (con la certeza de que muchos coincidirán) que es el mejor cineasta de la actualidad, alguien de enormes dimensiones capaz de conjugar la tiránica labor de entretenimiento, pero sin dejar de lado sus cualidades reflexivas o hasta oníricas de sus tramas cerebrales.

Pero de a ratos, Nolan parece desconfiar de sus historias al grado de que las explica una y otra vez con ciertos personajes (¿no creen que esa es la única labor de Arthur en Inception?). Pero como meros espectadores y amantes del cine antes que de Nolan, nos atrevemos a decir que el británico no es ninguna de las dos: no es el mejor director de la actualidad y no desconfía de sus premisas, sino todo lo contrario.

John David Washington y Christopher Nolan en la filmación de ‘TENET’. / Foto: Warner Bros.

Nolan confía en el espectador

Nolan ha conocido a sus audiencias, y a lo largo de 22 años, nos ha dado la oportunidad –o la confianza– de seguir sus historias, reflexionarlas, entrar en un principio, desarrollar al clímax y llegar a un final que si bien no es ambiguo, es frustrante y fascinante. Sus historias terminan como nosotros queremos, pero no con esa fórmula televisiva de dejar abierto un “final” para que la historia siga en favor de sus creadores y no del público.

Sus historias terminan como yo, tú y cada espectador quiere: Bruce Wayne hace una vida feliz y plena junto a Selina; Leonard está jugando consigo mismo más que con nosotros; Cobb sigue atrapado en un mundo de sueños para escapar de su realidad. Las posibilidades son infinitas y son nuestras. En pocas palabras, confía en la inteligencia de sus espectadores, y la experiencia termina siendo gratificante.

Para llegar a esos finales, Nolan construye escenarios impresionantes que se distinguen por sus producciones impecables, secuencias magníficas y la cereza del pastel: historias que sueña, que imagina en 10 años y de las que encuentra la manera de presentarlas en imágenes. Pero, ¿qué tanto nos tardamos en explicar nuestros sueños, aquellos que nosotros mismos no entendemos?

Saito, interpretado por Ken Watanabe, en 'Inception'.
Saito, interpretado por Ken Watanabe, en ‘Inception’. / Foto: Warner Bros.

Inception, que para muchos se pelea el título de su mejor obra con The Dark Knight, es un gran ejemplo. Constantemente nos explica el mundo de los sueños, lo variable de los tiempos según el nivel, las condiciones, y las posibilidades de ciertas acciones. Pero nos permite llegar a distintos puntos de reflexión sobre la realidad, la arquitectura, y las condiciones sociales que nos llevan a pensar que los sueños son el escape del entorno que nosotros construimos.

Y ahora, con TENET potencia absolutamente todo lo que construye su narrativa y estilo. Su último largometraje es impresionante: una producción deslumbrante cuyas secuencias de acción no son nada que hayamos visto antes. Nolan propone que existe la posibilidad de que los objetos y las personas puedan ir hacia atrás al mismo tiempo que todo lo demás sigue su curso lineal.

John David Washington y Robert Pattinson en ‘TENET’. / Foto: Warner Bros. Pictures

TENET, un espectáculo

Sus juegos temporales tienen un espacio en la pantalla y es, por decir poco, emocionante. Un personaje pelea a puño limpio con otro, pero mientras uno va hacia delante, el otro retrocede, ambos en la misma línea del tiempo. Hay explosiones e implosiones simultáneas. Es un espectáculo.

Pero no sólo tienen cabida en la pantalla, sino también en la mente del individuo que ve el filme. Y volvemos al punto de arriba. Nolan, como en ninguna otra película, nos cede su historia para disfrutarla como mejor nos plazca. Sí, se toma la libertad de explicarnos de qué va la inversión del flujo del tiempo y por qué carajos es importante la famosa entropía. Pero no es tan constante, pues su protagonista entiende a la primera, y la tarea de seguir la historia recae en lo visual y lo que alcance a ver el espectador.

Imagen de ‘TENET’. / Foto: Warner Bros.

Así, todo va tomando forma con la fotografía de Hoyte van Hoytema: espacios abiertos, ciudades alrededor del mundo donde un par de espías deben evitar la Tercera Guerra Mundial. TENET tiene como protagonista a un hombre emocionalmente distante con los otros personajes y con la audiencia. Después de pasar una prueba, un grupo secreto llamado TENET lo contacta para que se encargue de liderar la misión de salvar al mundo.

Con TENET, Nolan cumple su sueño de realizar una película de espías. El director siempre ha sido fan de los filmes de James Bond, y se espera que en un futuro se encargue de la franquicia. Pero antes, Nolan se quiso adelantar y lanzar su propia película que, para suerte de todos, toma las convenciones de las cintas de espías y les da un giro de 180 grados donde sólo se rescata los aciertos que ha tenido a lo largo de su filmografía: confiar en su audiencia de que bien la puede disfrutar sin entenderla, o entenderla cuando quiera.

John David Washington y Robert Pattinson en ‘TENET’. / Foto: Warner Bros.

El score y los efectos de sonido

TENET es abrumadora, y esto aumenta o disminuye dependiendo de quién este viendo la película. Si el o la espectadora no pueden dejar de lado los detalles, se esforzaran por entender la premisa: la inversión del mundo, de todo lo que lo conforma, producirá el fin de las cosas y de la humanidad. No, no son viajes en el tiempo, sino las distintas formas en las que el tiempo funciona y lo percibimos. Pero si el espectador es menos rígido, lo único abrumador en el buen sentido de la palabra será el trabajo de Ludwig Göransson en el score y desde luego, los efectos de sonido.

Nolan suele hacer la edición y mezcla de sonido a la inversa, irónicamente. Deja por debajo los diálogos, de por sí complicados, y resalta los efectos y la música. Tal cual, los espectadores estarán en medio de una batalla que va hacia delante y hacia atrás al mismo tiempo. Y esto sólo se suma a la frialdad del protagonista, el cual es interpretado por John David Washington de manera casi robótica. ¿Pero no acaso un agente debe ser así?

Christopher Nolan y John David Washington. / Foto: Warner Bros.

¿Qué hay de los personajes femeninos en TENET?

Y otra cosa. TENET es una película donde la trama está muy por encima de los personajes. Todos ellos están ahí para contar otra de las experiencias oníricas de Nolan: no importa mucho quiénes son, si se quedan en pantalla, si expresan sus emociones. Ellos son un vehículo para revelarnos lo más importante: el tiempo y el tiempo invertido.

¿Hay algo “malo” con TENET? Desde luego. Christopher Nolan no ha logrado escribir un personaje femenino fuera de lo que él considera es femenino: la esposa del protagonista, la chica a la que le deben explicar todo, la madre preocupada, la mujer ausente y la mujer a la que deben rescatar. TENET tiene a Kat, interpretada por Elizabeth Debicki, quien es una esposa que odia su vida y a su esposo violento, pero que acepta las terribles circunstancias con tal de que no la separen de su hijo.

Elizabeth Debicki en ‘TENET’. / Foto: Warner Bros.

Eso parece convertirla en la segunda heroína de la historia junto con El Protagonista y Neil (Robert Pattinson). Pero no. Hemos de reconocer que Nolan lo intenta con un personaje femenino indio que sorpresivamente, se pone a la cabeza del engaño que va desarrollando la de por sí complicada historia. Pero no más. Además, la única parte emocional del filme, de verdad la única, reside en Kat, retomando la idea de que las mujeres han de ser más emocionales que cerebrales.

No nos malinterpreten. Odiamos la idea de que las historias estén forzadas en los discursos que sí o sí debemos adoptar en la actualidad como lo es el feminista y de la inclusión. Las historias han de ser orgánicas y naturales, y si a Nolan no le nace todavía desarrollar un personaje que esté por fuera de las convenciones machistas que vemos en pantalla, está bien. Sólo que sería interesante si un director de su talla logra dar un primer paso en este sentido.

TENET no podría salvar al cine, pero es la única que se arriesgó a hacerlo

Desde finales de agosto, se depositó en Christopher Nolan y TENET la tarea de rescatar el cine en tiempo de pandemia. Warner Bros. ideó un plan de lanzamiento interesante: TENET saldría primero en el mercado internacional como el europeo, una semana después llegaría a Estados Unidos, y finalmente hoy se estrena en México y Latinoamérica.

Hemos de ver qué tal le va de este lado, pues los números no han sido nada alentadores. Aunque, siendo honestos, por más que hablemos de Nolan y algo tan impresionante como TENET, difícilmente la sociedad volvería al cine. Esto lo platicamos para que no se vayan con la finta de que sus números se relacionan con el trabajo fílmico de Nolan. Para nada. Warner y Nolan fueron los únicos que arriesgaron con este lanzamiento, y aunque los números no han sido respaldados, hemos de agradecer el hecho de que sea el único título que esté hecho para verse en una pantalla grande y se haya estrenado como debe.

Y para cerrar, si agradecemos que TENET se haya estrenado en cines, nos seguimos con otra cosa. Nolan es de los pocos cineastas que se atreven a contra sus sueños, y contarlos bien. TENET es el más rebuscado, el más complejo, y el más “cinematográfico” de todos.

Entrevista con Christopher Nolan

Entrevista con John David Washington y Elizabeth Debicki

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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