Oasis:
1. m. Paraje de un desierto en el cual se pueden encontrar agua y vegetación.
2. m. Tregua, descanso, refugio en las penalidades o contratiempos de la vida.

 

“Turista en tu propia ciudad”. Así iba a llamarse originalmente esta sección de Sopitas.com. Y aunque al final decidimos ponerle “Vagando”, la esencia de ese primer nombre ha permanecido intacta en cada una de las entregas que desde hace ya algunos años hemos hecho de estas notas especiales.

Descubrir sitios inimaginables, capaces de sorprendernos y hacernos decir ‘no tenía ni idea de que podía existir un sitio así tan cerca de donde vivo’, conocerlos, incluso, con la misma emoción con la que recorremos una ciudad lejana.

Estos sentimientos son los que procuramos emular cada que hacemos un nuevo Vagando con Sopitas.com, y esta ocasión no fue la excepción. Así fue como nos encontramos con el oasis de Culhuacán.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Un barrio místico

El pueblo de Culhuacán es uno de los doce pueblos con los que cuenta la delegación Iztapalapa. No obstante, muchos capitalinos –por no decir la mayoría– pasan por ahí sin tener mucha noción de la importancia que este sitio reviste para la Ciudad de México en planos muy distintos, que van desde el histórico hasta el espiritual.

Sólo quienes viven ahí, o aquellos que se han dedicado a estudiar con mayor profundidad la historia de la ciudad, le saben dar a Culhuacán la dimensión que merece.

Quien escribe estas palabras ignoraba lo anterior y fue hasta que conocí uno de sus tesoros mejor guardados cuando comencé a valorar este barrio y todo lo que representa.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Google Maps

 

Los orígenes de la Ciudad de México

Para darnos una idea de la importancia que tiene Culhuacán debemos remontarnos muchísimos años atrás, cuando el volcán Xitle, ubicado en las faldas del Ajusco, hizo erupción en el año 50 a.C, obligando a los sobrevivientes a dirigirse hacia el norte, donde participarían en la fundación de Tehotihuacán.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Para el año 700 d.C. vino la decadencia teotihuacana y la descendencia proveniente del Xitle se extendió en diversas direcciones. Uno de estos grupos fueron los colhuas, de origen tolteca, quienes llegaron a los pies del Cerro de la Estrella y nombraron a esa región como Colhuacan, convirtiéndola en uno de los primeros asentamientos humanos del Valle de México.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Colhuacan es un topónimo proveniente del náhuatl al que se le han dado varias interpretaciones, como “En la montaña curva” (probablemente por el Cerro de la Estrella) o “Lugar de los que adoran a Coltzin”.

Coltzin era el dios patrón para los colhuas.

Con el paso del tiempo, Culhuacán se convirtió en el centro religioso y cívico más importante del altiplano mexicano, del que surgieron pueblos como los que habitaron Chalco, Coyoacán, Azcapotzalco y Xochimilco.

 

Un oasis en medio del asfalto

“Es un oasis en medio de la ciudad”, así es como varias personas se refieren al Centro Comunitario Culhuacán Ex Convento de San Juan Evangelista, popularmente conocido como Ex Convento de Culhuacán.

Se ubica en el número 10 de la calle Morelos de la colonia Culhuacán, en la Delegación Iztapalapa, la mejor forma de llegar es por avenida Tláhuac (en este caso recomiendo dejar el auto en el estacionamiento de un súpermercado ubicado a unas cuantas calles de distancia), o bien, bajar en la estación Culhuacán de la Línea 12 del metro y de ahí caminar cerca de 5 minutos.

Y ahí, escondido en medio de las viviendas que hoy conforman este barrio iztapalapense, se encuentra este acogedor espacio que te transporta a otra época desde que cruzas la puerta y te topas con un bello jardín con toques coloniales y con un pequeño lago que embellece el entorno.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Comencé a rodear ese ojo de agua que se encuentra entre sauces llorones y manzanos. Al ser un sábado por la tarde había varias familias disfrutando de la paz del lugar.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

El lugar guarda tal armonía que incluso había una quinceañera y una pareja de recién casados siendo retratados en esos jardines.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Embelesado miraba ese paisaje tan ajeno al gris de la ciudad, cuando un niño de unos 7 años se me acercó y señalando aquel deposito de agua me dijo:

¿Sabes que en esa laguna vive Tláloc? ¿No? Pues esa es su guarida…

Dicho eso sonrió y se retiró corriendo. Aquel comentario me sembró la duda: ¿qué hace ese pequeño lago en medio de esta zona de la Ciudad de México.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

La guarida de Tláloc

Como mencionamos párrafos atrás, Culhuacán tenía una ubicación geográfica estratégica que lo convertía en uno de los pueblos más importantes de la cuenca del Valle de México. Estaba, para ser más exactos, en la Península de Iztapalapa, que separaba la Laguna de México y el Lago de Texcoco de Xochimilco y los lagos de Chalco.

Al estar rodeado de agua, el pueblo de Culhuacán se convirtió en un centro religioso con embarcadero hacia distintos canales, donde se le rendía culto a Tláloc, que en la cosmovisión náhuatl-culhua era la deidad de la lluvia, relacionado completamente al ciclo vertical del agua que va desde la evotranspiración del subsuelo hasta la condensación y las precipitaciones.

Tras la conquista, Culhuacán se convirtió en un pequeño pueblo integrado por barrios dispersos, cada uno de ellos recibió el nombre de un santo.En el caso de Culhuacán, la población se dedicó a la agricultura de chinampas y mediante el Canal de la Viga llevaban sus productos hasta la ciudad.

Los primeros misioneros en llegar fueron los franciscanos, quienes al poco tiempo cedieron el control de la zona a la Orden de San Agustin.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Entre 1552 y 1569, sobre un basamento prehispánico se construyó un templo y convento franciscano dedicado a San Juan Evangelista. Durante el período virreinal, se convertiría en sede del Seminario de Lenguas Indígenas, dedicado al aprendizaje y enseñanza de las costumbres y lenguas que tenían los habitantes de Culhuacán. Esta edducación le servía a los religiosos para tener más herramientas a la hora de evangelizar.

Desde sus inicios, el Convento estaba a los pies de un tanque de agua donde tiempo atrás se le rendía culto al dios Tláloc. Para conectar el convento con el resto del Valle de México se construyó ahí un embarcadero.

 

El convento que se convirtió en museo

Después del impacto inicial de aquel jardín verde y su añejo depósito de agua, caminé hasta la vieja pero aún imponente construcción de aquel convento agustino. El mismo que cayó en desuso después de que fuera abandonado por los frailes a causa de las reformas impuestas por la corona española en 1756.

Por siglos, este lugar estuvo en el olvido y se fue deteriorando notablemente, hasta que en 1984 se declaró como monumento histórico y se emprendió una recuperación arquitectónica que le devolvió su belleza.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Desde 1984 este ex convento se convirtió en el Centro Comunitario Culhuacán, Ex Convento de San Juan Evangelista, donde se encuentra un museo que exhibe objetos prehispánicos que se han encontrado con las excavaciones de la zona, también cuenta con arte sacro perteneciente al periodo virreinal y se relata parte de la historia de Culhuacán.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

De hecho, en estos momentos hay una exposición especial sobre la historia de los pueblos de Culhuacán y sus tradiciones a la que vale la pena echarle un ojo.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Es importante recalcar que más allá de las exhibiciones que se presentan en las salas de este museo, el verdadero deleite para el visitante es perderse en los pasillos y jardines de esta joya de la arquitectura.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.

Con un estilo renacentista y sus muros de basalto volcánico, este convento es uno de los edificios construidos en el siglo XVI más importantes de la Ciudad de México.

El convento tiene dos plantas y, aunque se caracteriza por su sobriedad, en el interior se conservan frescos y murales religiosos de los siglos XVI al XVIII con escenas donde queda plasmado el talento de los antiguos artistas culhuacanos.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Una de las partes más inquietantes del museo son las ruinas de un templo que estaba dedicado a San Juan Bautista, cuyo techo se vino abajo.

Oasis de Culhuacán - Vagando.Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

Para reponerlo, entre 1880 y 1897, se edificó una nueva iglesia a la que nombraron del mismo modo.

Me tardé mucho en recorrer todo el convento, no tanto por su extensión sino por lo tranquilo y relajado que ahí me sentía.

Oasis de Culhuacán - Vagando.

 

* * * * *

Antes de salir me detuve nuevamente en el estanque de agua, ese que durante gran parte del siglo XX funcionó como lavadero comunitario y criadero de peces, y cuyas paredes en su mayoría son las originales de la época colonial.

De la nada, el agua se inquietó. Podría haber sido por los peces que viven en su interior, el aire o –¿por qué no?– Tláloc.

 

Por @gabrielrevelo.

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