Este pequeño “insecto robótico” es el producto de poco más de doce años de investigación por parte de los ingenieros del Instituto Wyss de Harvard para perfeccionar prototipos inspirados en algunos insectos y animales con el fin de ofrecer robots más eficientes y capaces.
Además de poder volar gracias a su par de alas de movimiento independiente, este pequeño robot no es más grande que una moneda, lo que ofrece un sinfín de aplicaciones; sin embargo, sólo se nos ocurre una: el espionaje.
Por otro lado, el desarrollo de este dispositivo aún se encuentra en una etapa en la cual no es posible ofrecerle autonomía energética pues se necesita encontrar una forma de que el diminuto robot volador genere su propia energía. Por otro lado, el profesor Robert Woods, diseñador en jefe del proyecto, considera que su creación aun necesita algunos ajustes para garantizar su maniobrabilidad en condiciones de lluvia o vientos fuertes.
El concepto de robots inspirados en insectos o animales para poder moverse con mayor facilidad no es nuevo. A lo largo de los últimos años, diferentes institutos se han dedicado a imitar el diseño evolutivo de algunas criaturas para aplicarlas al mundo de la robótica. Entre ellas se encuentran la medusa robot y el hexápodo cibernético.
