Tomando en cuenta que el porcentaje señalado representa dos terceras partes de las mutaciones del cáncer y que la fracción restante se achaca a factores ambientales y hereditarios, lo publicado en la revista Science significa que, realmente, no hay ninguna forma de prevenir esta terrible enfermedad.
Reafirmando un estudio dado a conocer hace dos años, científicos de la Universidad Johns Hopkins lograron comprobar que más del 60% de los tipos de cáncer son productos del azar. Suena horrible pero así es. Resultado del megaproyecto coordinado por Cristian Tomasetti y Bert Vogelstein –este último ganador del Príncipe de Asturias de las Ciencias en 2004– ahora se puede asegurar que sólo dos o más errores en la generación de células son suficiente para generar mutaciones.
Pese a la precisión con la que las células se dividen y duplican el ADN, los científicos pudieron notar que en la replicación se producen múltiples errores, los cuales hasta ahora se habían “infravalorado desde el punto de vista científico”. Sin embargo son una “potente fuente de mutaciones cancerígenas”, señala Tomasetti, quien se desempeña como profesor de bioestadística.
Lo anterior explica por qué gente que lleva una vida completamente sana (sin fumar, tomar, sin sobrepeso, etcétera), dentro de su historia familiar sin casos y que además, no se expone a ambientes “tóxicos”, resulta diagnosticada con cáncer. La culpa es del azar. “Esos cánceres se producirán sin importar lo perfecto que sea el ambiente”, señala el estudio.
Para obtener estos resultados, los científicos analizaron las mutaciones que provocan un crecimiento anormal de las células en 32 tipos de cáncer. En el 65% de los casos, el cáncer fue resultado de los errores en la replicación del ADN. Con esos números, y con un modelo matemático nuevo, se demostró que, por ejemplo, el cáncer de páncreas se origina en 77% de los casos por errores azarosos. Aún más elevado es el caso del cáncer que afecta al cerebro, huesos o próstata: 95%.
Pues entonces a chupar, tomar y a comer lo que sea…no. Los científicos remarcaron la importancia de llevar a cabo acciones que reduzcan el riesgo de cáncer (como dejar de fumar, por ejemplo). Dentro de lo gris del panorama, la información ofrecida por Tomasetti y Vogelstein alienta a las constantes revisiones médicas. A que la gente acuda periódicamente a realizarse exámenes de detección para poder atacar el mal cuando éste aún es tratable.