Durante los últimos años, se han realizado varios avances en la ciencia que nos permitieron conocer más acerca de los secretos que guarda el universo. Viajar al espacio exterior no es un privilegio del que muchos seres vivos puedan gozar, y por eso nos parece fascinante que un pay sea merecedor de tan increíble oportunidad.

Así es, un grupo de entusiastas del espacio, conocidos como SentIntoSpace, colocaron una cámara y un equipo de rastreo junto a un pay de papa, de modo que pudieran seguir su ubicación una vez que este comenzara su viaje hacia el espacio. El objetivo de mandar este postre a las afueras de nuestro planeta, era poder comprobar que viaje fuese capaz de cambiar su estructura molecular, para así poder cocinarlo más rápidamente.

Los científicos esperaban que el pay se congelara al salir de la atmósfera terrestre, para después calentarse al entrar nuevamente.

“Este es el primer paso para que la humanidad pueda consumir pays con mayor elegancia y comodidad. De ese modo, ni el cielo o el pay serán el límite”, dijo Bill Kenyon, el hombre que cocino aquel manjar.

Sin duda fue un buen plan, pero los muchachos no contaron con que si existieran ciertos límites. Al final, el postre no salió completamente de la Tierra, ya que sólo se elevó 30 kilómetros; y de acuerdo con la Federación Internacional de Aeronáutica, para poder declarar que un objeto ha dejado el planeta de manera oficial, este necesita elevarse al menos 100 kilómetros.

Pues ni modo…

No es la primera vez que el ser humano intenta mandar objetos al espacio, pero el hecho de querer cocinarlo con ese método, le da cierto toque mágico. Finalmente, la única pregunta que quedó volando por nuestras mentes fue: ¿A qué sabrá un pay espacial?

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