Primero lo primero, esta nota no fue redactada para dividir opiniones, causar una polémica, ni atraer los comentarios de odio de los fanboys que defienden a su consola como si ésta los hubiera amamantado durante los años más inocentes. Esta reflexión es más bien para hacerles saber mi sentir sobre lo que la Xbox One nos depara.

La carrera por el dominio de la siguiente generación de videojuegos ha iniciado oficialmente. Por un lado, Sony muestra su PlayStation 4 como si se tratara de una especie de revelación magnífica (utilizando el viejo recurso de marketing de mostrar cachitos de su consola para provocar en el grueso del mercado una expectativa  cada vez más a la baja, de cómo luce su próximo centro de entretenimiento); por otro lado, Microsoft muestra su músculo con el XboxOne, una consola de cuadrado diseño minimalista bastante elegante, pero que, a juzgar por la presentación de ayer, no aporta mucho a la industria.

No me malinterpreten, tanto el XboxOne como el PlayStation 4 son plataformas tremendamente poderosas (comentarios de los jugadores de PC sobre el poder de sus máquinas en comparación al de las consolas en 3…2…1…); sin embargo, el hecho de que las presentaciones teatrales con “jugadores” treintañeros que muestran la diversión que nos espera con sus nuevas consolas, trivializa a la industria de maneras que van más allá de lo obvio.

El perro de "Ghosts", la verdadera estrella de la presentación de ayer.
El perro de “Ghosts”, la verdadera estrella de la presentación de ayer.

Me explico: Al ver la presentación de la más reciente consola de Microsoft a través del streaming en vivo, inmediatamente me pregunté: “¿Qué más nos puede ofrecer esta nueva plataforma? ¿Más Netflix, servicios de TV, canal de NFL? ¿Mejores gráficas? ¿Dónde están esas súper mejoras si “Forza 5”, “Call of Duty: Ghosts” y toda la colección de títulos de EA Sports lucen casi igual a sus antecesores? ¿Dónde está el gran salto generacional que se vio entre el Xbox 1 y el 360?”.

¿Dónde quedó el IllumiRoom?

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Las cuestiones que en mi cabeza surgieron se quedaron sin respuesta debido a lo somero de la presentación de Microsoft que, cual tráiler de película de alto presupuesto, sólo fueron flashazos de información que no profundizó mucho para tener algo que mostrar en el E3 (precio, fecha de lanzamiento, más títulos y aplicaciones).

No cabe duda que el Xbox One tiene un poder inmensamente mayor al de su antecesor, pero las gráficas no lucen ni dos veces mejor que las actuales (a reserva de que ahora se pueden apreciar los poros de los soldaditos virtuales que matarás en cuanto los veas), ni tampoco parece haber algo muy innovador en cuanto a sus aplicaciones ni el soporte de nube, mismo que, según Microsoft, ayudará a transportar la experiencia de la consola a los dispositivos móviles compatibles de forma limitada o similar al del GamePad del Wii U.

La idea de la nube es ofrecer al jugador la capacidad de migración instantánea del avance de un juego en una consola a otra sin la necesidad de andar cargando discos duros. Por otra parte, según se dio a entender durante la presentación de ayer, este servicio permitirá un streaming más eficiente de títulos a la Steam, soporte actualizaciones permanentes al firmware de la consola y una experiencia compartida entre varios dispositivos móviles que aún no se explica del todo.

Todo lo “nuevo” que promete el Xbox One lleva años en otras plataformas que han mostrado ser más baratas y prácticas.

¿De qué sirve tener una súper consola si no vamos a vivir experiencias que vayan más allá del próximo “Battlefield”, “FIFA”, “Fable”, “Halo” y todo tipo de franquicias que cansan desde la primer o segunda secuela o spin-off?

Por otro lado, el enfoque “social” de la consola para compartir tus logros con tus amigos de Twitter y Facebook es algo que no funcionó en la consola anterior, ¿por qué revivirlo y anunciarlo con bombo y platillo en un mundo lleno de tabletas y smartphones?, ¿para qué querría alguien sostener una conversación de Skype o actualizar su Twitter mientras se juega o se ve una película?

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Estos elementos (Las Apps simultáneas) sí deberían estar en la consola, pero no convertirse en el estelar de la presentación del XboxOne.

¿No existe retrocompatibilidad en el Xbox One? ¿A quién sorprende? Sony tomó una decisión similar para fomentar el mercado de sus catálogos virtuales. Los videojuegos no son más que negocios.

¿Qué tal la modalidad de semi-DRM? Esto significa que, si bien la consola no deberá estar conectada las 24 horas para poder jugar, el XboxOne si deberá engancharse al internet (la nube) por lo menos una vez cada día, lo que deja entrever que, sí, definitivamente, la nueva consola de Microsoft dependerá de una conexión de internet para jugar.

Ha iniciado la era en la que las compañías nos dicen cómo y cuando jugar.

Tal y como dice el artículo de Gamasutra“Xbox One is a desperate prayer to stop time”, Microsoft aún cree que su público target cuenta con salas espaciosas llenas de familiares que se reúnen frente al altar de la televisión para disfrutar de una “experiencia inmersiva como nunca antes se ha visto”, (esta frase, una de las favoritas de los presentadores de cualquier consola de toda época) — Nada más alejado de la realidad.

Por último, la presentación de ayer también tocó un tema escabroso, la capacidad de reproducción de discos usados. Según la compañía creadora del XboxOne, los usuarios de esta consola sí podrán intercambiar, compartir y comprar juegos cuyo sello virginal fue roto hace tiempo; sin embargo, se sospecha que esta “libertad” venga con “letras chiquitas” que pronto descubriremos.

El campus de Microsoft en Seattle fue testigo de una regresión tecnológica al enfocar la tercer versión del Xbox a la televisión como centro definitivo del entretenimiento casero. La interfaz con voz del Kinect y el uso de las pantallas HD como pieza central del funcionamiento del XboxOne pueden ser una apuesta retrógrada que palidezca ante el advenimiento de plataformas que aprovechan la movilidad y practicidad de dispositivos como las tabletas, la PC y los smartphones. Sin embargo, lo que se presentó ayer no es definitivo y, tal como nos enseñó Microsoft a lo largo de la vida del Xbox 360, el funcionamiento de su nueva consola se irá adaptando a las tendencias para, esperemos, mejorar y satisfacer a un mercado cada vez más exigente que, al contrario de las generaciones anteriores, ya no se muere por gráficas mejores o juegos “que parezcan películas”, sino por su versatilidad, flexibilidad, capacidades online e interactividad con el resto de los dispositivos móviles que lo rodean.

¿Un FIFA para la nueva consola? Ésa no la vimos venir.
¿Un FIFA para la nueva consola? Ésa no la vimos venir.

Si quieren conocer más a detalle lo nuevo del Xbox One, den click aquí.

Por: Guillermo Basavilvazo

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