Vale la pena recuperar la idea de los propósitos de Año Nuevo para crear hábitos—aunque sean pequeños—para que 2023 sea más sustentable.

En el combate al cambio climático, desde la entrada en vigor del Acuerdo de París en 2016 hay una cifra importantísima que no deja de ser repetida: 1.5ºC. Es el aumento en la temperatura que no se puede rebasar en el planeta, en relación con los niveles que existían previo a la Revolución Industrial. De pasarse ese límite, la vida en la Tierra será difícilmente sustentable en el largo plazo. Y, sin embargo, todo parece indicar que ya será imposible detener el calentamiento global en los próximos años para llegar a ese marcador.

Por ello, hacia finales de este 2022, en la COP27 de las Naciones Unidas replanteó ese objetivo. Al entender que el futuro nos alcanzó, más que mitigar el cambio climático es urgente comenzar a adaptarnos a él. Más allá de andar en shorts en Navidad, se requerirá de hábitos que vayan en concordancia con fenómenos meteorológicos extremos—como los frentes fríos y ondas gélidas de estas semanas, por ejemplo; asimismo, con cadenas alimentarias altamente mermadas y con muchas interrupciones. Y, por supuesto, se tendrá que seguir cuidando el medio ambiente de tal modo que la crisis climática no empeore todavía más.

Como la esperanza muere al último, quizá vale la pena recuperar la idea de los propósitos de Año Nuevo para tratar de crear hábitos—aunque sean pequeños—para que 2023 sea un poco más sustentable. De alguna forma u otra, para adquirir plena conciencia que Tierra sólo hay una. Y no nos queda de otra más que tratar de cuidarla en nuestro paso por ella.

Un cambio de medio de transporte

No hay propósito más sustentable que hacer a un lado el uso de combustibles fósiles. O reducir nuestro consumo lo más posible. Ni siquiera se trata de deshacerse del automóvil por completo—aunque bien le haría al planeta—, sino de cambiar al menos uno de nuestros traslados semanales por alternativas de 0 emisiones: caminar, andar en bicicleta o incluso en un patín del diablo, que tan de moda están; de perdida, si se tienen los medios, cambiar a un auto eléctrico.

Buscar ahorros de energía

Por supuesto que lo mejor que puede pasar es que una industria o un país completos aceleren su transición energética por energías renovables. Y que poco a poco se mejoren las tecnologías existentes para que reduzcan su impacto ambiental. Pero un mundo sustentable en el largo plazo requiere también de usar la energía disponible con mayor cuidado. Basta con apagar luces y desconectar aparatos eléctricos que no se usan para contribuir un poco. 

Hacer un voto de silencio

El ruido se ha vuelto tan común en la vida cotidiana que a veces parece demasiado incómodo el silencio. Sin embargo, la contaminación auditiva también es problemática y conlleva problemas graves a la salud mental y fisiológica de los seres humanos. Un buen propósito de Año  Nuevo sustentable puede ser guardar silencio—pleno silencio—con mayor frecuencia. Dejar de contribuir, aunque sea poquito, al cochambre de ruidos que inundan comunidades enteras.

Reducir el volumen de desperdicio

Al final del día, hay basura en el planeta porque nosotros no dejamos de tirar y desechar constantemente. Parece difícil, pero se puede reducir el volumen de desperdicio de una persona o familia; incluso, al grado de llegar a un punto de zero waste. Mucho pasa también, además de reducir, por reutilizar, reciclar y recuperar. En ese mismo tenor, encontrar productos (como la ropa) que sean verdaderamente sustentables y amigables con el medio ambiente más allá de meras etiquetas y greenwashing.

EXTRA: Que no falten los buenos deseos

La situación actual del planeta requiere mucho más que acciones individuales de frente al cambio climático. Se necesitan esfuerzos sistemáticos enormes: desde gobiernos, instituciones internacionales e industrias completas de la iniciativa privada. Sin embargo, también juega la ciencia y los avances tecnológicos que cada día cambian el panorama de la crisis ambiental y de los que se asoman dejos de esperanza para una Tierra sustentable. Esas innovaciones se dan en los lugares más insospechados, desde un helado hasta una pista de baile. Y ni se diga con tecnologías enormes como la Inteligencia Artificial. Pues vaya, que no falten los buenos deseos para que ese continúe. 

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