Con las puertas del espacio sideral abriéndose ante nosotros con los avances tecnológicos, los científicos de la NASA buscan cada vez llegar más lejos que nunca.

Mientras que las misiones a otros Sistemas Solares y Galaxias son el gran sueño de la humanidad, el poder alcanzar al dador de vida, nuestra estrella madre, el Sol; es algo que ha colmado las fantasías de la humanidad.

Pero esto, dejará de ser una fantasía.

En 2018, la agencia espacial mandará la sonda espacial Parker –llamada así en honor del astrofísico Eugene Parker, quien fue el primero en crear la hipótesis de las ráfagas solares en 1950.

“Estaremos siete veces más cerca que cualquier otra misión alguna vez lo ha estado. Descenderemos varias veces a través de la corona, para hacer mediciones.

La corona es la atmósfera del Sol, la cual es más caliente que la fotosfera –capa luminosa y más interna de la envoltura gaseosa del Sol.

La sonda explorará esta región de la estrella, la cual tiene una temperatura de 1317ºC. Esto, con la misión de ganar más conocimiento sobre las ráfagas solares.

Sonda espacial Parker
Vía: NASA

Estas ráfagas son las responsables de la radiación solar que llega a nuestro planeta, impactando a los satélites y equipo eléctrico en la superficie.

Obviamente, para poder acercarse tanto al Sol y llegar en un tiempo en el que los investigadores sigan aún con vida, la sonda Parker será impulsada por el propulsor más poderosos de todos, el Delta IV Heavy, con el cual alcanzará velocidades de hasta 200 kilómetros por hora.

Además de contar con materiales capaces de resistir temperaturas tan extremas.

En fin, este anuncio ha movido los cimientos de la exploración espacial, ya que es uno de los viajes más ambiciosos que la NASA ha planeado.

¿Encontraremos la verdad detrás del Sol?, o como con Icaro, ¿nuestras alas se derretirán por acercarnos tanto al astro espacial?

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