En el mundo de los videojuegos, el nombre de Hideo Kojima es sin duda uno de los más aclamados, en gran medida gracias a su clásica y muy exitosa serie de juegos de acción de espionaje Metal Gear.
Sin embargo, el éxito de esto juegos ha sido tan avasallador que simplemente ha eclipsado a las otras creaciones de Kojima: Boktai, Zone of the Enders, Snatcher y Policenauts.
Todos los juegos mencionados anteriormente sin duda merecen su atención pero en esta ocasión nos enfocaremos en Snatcher.
Snatcher es un juego muy distinto a Metal Gear, es una aventura interactiva que guarda similitudes con los juegos de aventura point-and-click que fueron muy exitosos en las PC’s durante los 90 como King’s Quest, la serie Monkey Island, Grim Fandango, entre otros.
La historia de Snatcher comienza en 1996 (sí, es de esas historias donde un año como el 96 aún se veía futurista) cuando un arma biológica llamada Lucifer-Alpha es soltada en la atmósfera, lo que resulta en la muerte del 80% de la población de Europa y Asia. A este evento se le conoce simplemente como La Catástrofe.
En 2047 androides llamados Snatchers aparecen en la ciudad ficticia de Neo Kobe en Japón, asesinando a sus víctimas y tomando su sitio en la sociedad. Conocemos a Gillian Seed, un agente con una vida problemática debido a su amnesia quien es parte de una fuerza especial llamada JUNKER cuya meta es eliminar la amenaza de los Snatchers.
Durante el juego descubriremos algo del pasado de Gillian, su conexión con los Snatchers y quienes están detrás de todo el problema.
El juego se desarrolla en un mundo que toma muchísimos elementos del llamado CyberPunk. Fiel a su estilo, Hideo Kojima toma referencias directas y casi plagiadas de obras de culto en la ciencia ficción como Blade Runner, Akira y Terminator.
Más que un juego, Snatcher es una especie de película interactiva, el juego nos da una lista de opciones y tenemos que utilizarlas para que la historia avance.
También hay algunos puntos en los que tienen que enfrentarse a algunos enemigos y son esas las pocas partes en las que hay gameplay más parecido al de un juego tradicional.
Mucha de la historia está contada a través de cutscenes que tienen una actuación de voz excelente para la época. Mención a parte merece su extraordinario soundtrack que realmente ayuda mucho a sumergirte en el ambiente y a poner tensión en ciertas partes del juego. Definitivamente Konami contaba con muchos de los mejores compositores de música de videojuegos de la historia.
Snatcher salió originalmente para la computadora japonesa MSX 2 en 1988 pero ha habido revisiones que salieron para el PC Engine, Sega CD, Sega Saturn y PlayStation, sin embargo, la única versión traducida al inglés que existe del juego es la del Sega CD.
Aún cuando toma descaradamente muchos elementos de otros lados, la historia de Snatcher es lo suficientemente fuerte como para que brille por si sola, si son fans de la ciencia ficción y el cyberpunk lo van a amar.
La experiencia es bastante breve, el juego se puede terminar en poco más de 3 horas o menos. No ofrece mucho replay value, por no decir que este es nulo, pero la historia es lo suficientemente buena para volver ocasionalmente a él. Es como ver una película que les gusta mucho una vez cada cierto tiempo.
Sin duda, Snatcher no es un juego que le encantará a todos pero si gustan de una buena historia, este es el juego para ustedes, también si quieren conocer otra faceta de lo que ha hecho Hideo Kojima.
El juego cuenta con una secuela espiritual llamada Policenauts que tristemente no salió de Japón pero hay muchas referencias a ese juego a lo largo de la serie Metal Gear.
Por cierto, el pequeño robot compañero que tenemos en el juego se llama Metal Gear y este aparece en Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots. En el juego hay otras referencias a Metal Gear además de esa.
Snatcher salió en América para el Sega CD y es muy difícil de conseguir, sin mencionar que es costoso. Si de verdad les interesa jugarlo, Google les abrirá muchas puertas.
Una excelente aventura que cualquier fan de la ciencia ficción no se debe perder.