Por mucho tiempo se pensó que todo lo que entra en un agujero negro desaparece. Pero ahora el físico británico y rockstar Stephen Hawking podría refutar esa idea debido a los avances en sus investigaciones respecto a la “paradoja de la pérdida de información”.

Se quedaron con cara de “no entiendo un carajo de lo que estoy leyendo”. No se preocupen, trataremos de explicarlo mejor.

Hace unos días, durante una charla celebrada en el KHT Institute of Technology de Estocolmo, Hawking puso a la comunidad científica de cabeza cuando afirmó que amplió sus ideas y conceptos alrededor de los agujeros negros, y haber encontrado una forma de resolver la paradoja de la pérdida de información, que por años ha traído asoleados a los especialistas.

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De acuerdo a Hawking, la información tragada por uno de estos elementos espaciales podría no desaparecer, sino transportarse a otros universos.

En cuanto escucharon esto, los físicos especialistas en el estudio de los agujeros negros que se encontraban en esa conferencia se mostraron sorprendidos.

¿Siguen sin entender nada? Vamos más despacio entonces…

¿Qué es un agujero negro?

Remontemonos unas décadas atrás, cuando se afirmaba que los agujeros negros, al poseer con una fuerza gravitatoria inmensa y ser sitios tan densos, eran la última frontera de la materia porque ninguna partícula ni objeto que llegará hasta ahí podría salir jamás.

(Hagan de cuenta como los tugurios de Acapulco).

Vamos, ni siquiera los fotones (partículas que transportan la luz y que viajan a 300,000 km por segundo) son capaces de salir de uno de estos vacíos espaciales.

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Hawking llega y cambia el juego

En 1975 Hawking afirmó que los agujeros negros no son tan negros como se pensaba pues pueden emitir radiación*, algo que se creía era imposible.

Este fenómeno ocurre en el horizonte de sucesos, que es la frontera imaginaria que rodea a un agujero negro y que lo delimita con respecto a la totalidad del Universo. Si un objeto atraviesa esa frontera se perderá, sin embargo, existe la posibilidad de que, entre las partículas entrelazadas que constituyen un cuerpo una sea absorbida y la otra quede a la deriva y pueda salir.

*Por cierto, en honor a este descubrimiento dicha radiación lleva por nombre “Radiación Hawking”.

El problema de la radiación Hawking

La teoría anterior tiene un inconveniente: Al comprobarse que los agujeros negros producen radiación, se entiende que también van haciéndose cada vez más pequeños pues están perdiendo masa. No importa que esto ocurra muy lento, en algún momento desaparecerán, teniendo como consecuencia que todo lo que tenían dentro desaparezca sin dejar huella.

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La paradoja de la pérdida de información

Uno de los pilares sobre los que se apoya la Mecánica Cuántica es que la materia jamás se destruye, pues cada partícula contiene información sobre las características físicas que le permiten existir como tal. Pero entonces, al confrontar estos preceptos con la afirmación de que un agujero negro puede desaparecer y con ello desintegrar lo que hay en su interior (incluidas las partículas), entonces el Universo y sus reglas sobre espacio, tiempo y materia como las conocemos, carecerían de sentido.

Esto es ni más ni menos que la famosa paradoja de la pérdida de información, y es uno de los más grandes problemas sin resolver al que se han enfrentado las mentes más brillantes del mundo a lo largo de más de 40 años.

¿La solución a la paradoja?

¿Ahora ya ven por qué es tan importante el anuncio que Hawking hizo en Estocolmo, sobre el posible descubrimiento de un mecanismo para lograr comprobar que la información no desaparece por completo en un agujero negro?

De tener una solución, podrían validarse las teorías surgidas alrededor de la Mecánica Cuántica, y comprender de forma más certera el Universo. Esto dijo Hawking en Estocolmo:

“Propongo que la información no se almacena en el interior del agujero negro como era de esperar, sino en sus límites, en el horizonte de sucesos, de donde la información puede escapar”.

En otras palabras, cuando las partículas cruzan la frontera que divide un agujero negro del resto del Universo (horizonte de sucesos), estas dejan algo así como una “copia” de ellas, la cual escapa como radiación. Así la información realmente no se destruye ni siquiera con la desaparición del agujero negro.

Aunque también se debe aclarar que esta información sobreviviente no servirá de nada. Hay un ejemplo muy simple para explicarlo: Si quemamos un libro, la información contenida en sus páginas seguirá existiendo aunque en forma de cenizas, por lo que recuperarla será imposible.

La posibilidad de los universos alternativos

Además de lo anterior, Hawking plantea otra posibilidad aún más inquietante: La información que cae en un agujero negro en realidad no desaparece, sino que se almacena en universos paralelos al nuestro, abriendo la posibilidad de que los hoyos negros realmente sean puentes o túneles de acceso dimensionales.

“El mensaje de esta lectura es que los agujeros negros no son tan negros como los pintan. Y no son las prisiones eternas que pensábamos hasta ahora. Las cosas, en efecto, pueden escapar de un agujero negro, y también volver a salir en otro universo.

La existencia de historias alternativas para los agujeros negros sugiere que esto podría ser posible. El agujero tendría que ser grande y estar girando para poder ser un pasaje hacia otro universo. Pero nunca podríamos regresar al nuestro. Así que, aunque me interesan los viajes espaciales, yo no voy a intentar hacer eso”.

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Ese Hawking es un loquillo. Un maldito loquillo brillante. Por eso nos cae a todo dar.

Se espera que Hawking de más detalles de sus descubrimientos en un artículo que sería publicado en uno meses, mismo que la comunidad científica espera ansiosamente pues podría ser uno de los anuncios más importantes de las últimas décadas.

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