Hay muchas historias que han definido al Caballero de la Noche durante su basta vida, pero ninguna como la de, A Death in the Family, en la cual vimos como es que el segundo Robin (Jason Todd), moría a manos del Joker, convirtiéndose en el segundo mayor remordimiento de Batman.

Batman: A Death in the Family

Cuenta la leyenda que la decisión de matar a Jason, corrió por parte de los lectores quienes votaron por él en una encuesta sobre que es lo que debería de pasarle después de que el Joker lo secuestrara y apabullara con una barra de acero.

A Jason Todd lo dejan como Santo Cristo

Durante un panel en la Comic-Con New York, Jim Starling, quien fuera responsable de Batman en los 80, contó la historia detrás de hacer la encuesta que lo llevaría a escribir A Death in the Family (además de su odio por el personaje), y le verdad, esta fue más siniestra que el producto final:

“Era el inicio de la epidemia de VIH. Y en DC tenían esta gran idea, así que pusieron una caja de sugerencias y dijeron: ¿A qué personaje deberíamos darle VIH para hacer una historia especial?

Todos los días, puse a Robin en esa caja, pero Jimmy Olsen fue el que ganó. Pero después nos enteramos que el actor que lo interpretaba en las películas era gay y abandonamos el proyecto por completo. Ese es el origen de esa historia tan particular.”

OK… Starling nunca ha ocultado su desprecio por el personaje de Robin, razón por la cual el escribir A Death in the Family le agrado bastante. Aún así, de haber dependido de él, Jason hubiera contraído VIH y viendo su sentir con el personaje y que en esa década contraer el virus era completamente mortal; su fin hubiera sido peor.

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