Con el lanzamiento inminente del PlayStation 4 Pro en este mes, todos esperamos con ansias los lanzamientos que utilizarán al 100% el poder de esta actualización de la última consola de Sony.
Entre los títulos que más esperamos con ansias, se encuentra el nuevo God of War, el cual nos pondrá varios siglos después de la caída del Olimpo. Con esto, retomaremos el control de Kratos, héroe que acabo con la tiranía de los dioses y… esperen, ¿héroe?
Además de ser uno de los personajes más gritones y enojones del mundo de los videojuegos, ¿qué demonios es Kratos?
Muchos lo consideran un antihéroe, pero para ser considerado así, tus acciones deben de tener un resultado heroico, y todo lo que hace el Fantasma de Esparta está lejos de ser beneficioso para quien sea.
Un antihéroe, es un personaje que al igual que la imagen idílica de un héroe, actúa a favor de otros y busca hacer el bien. Sin embargo, a diferencia de un “héroe”, los antihéroes tienen algún motivo oculto para realizar lo que hacen.
Esto puede ir desde la venganza, odio hacia el crimen, dinero o en algunos casos (Deadpool), hacerlo simplemente por los lols. Pero en el caso de Kratos, esto ni siquiera aplica.
Como sabemos, God of War está basado en la mitología griega, la cual por lo general nos presenta a héroes caídos en desgracias quienes después de una larga travesía, encuentran la redención de una u otra manera.
Pero esto no aplica a Kratos, ya que desde joven, el espartano gustaba de pelear e inflingir dolor a otros; convirtiéndose a muy corta edad en capitán del ejército de Esparta. Poniéndolo en un pedestal, el ego y la soberbia del guerrero crecieron cada vez más, así como su deseo de obtener más poder e incrementar su fama y la de Esparta.
Sin embargo, no todo estaba perdido, ya que a pesar de su sed de sangre y destrucción, Kratos era un esposo y padre amoroso. Pero ni este amor lo mantuvo lejos del campo de batalla, llegando al momento que cambiaría su vida para siempre.
Después de que una tribu de bárbaros aniquilara a las tropas de Esparta, Kratos, en un acto desesperado por salvar su vida, le pediría ayuda a Ares, Dios de la Guerra, para poder aniquilar por sí mismo a los bárbaros y su rey, Alrik.
Ares le brindaría con el poder para acabar con ejércitos propios y lo armaría con las Espadas del Caos, con las cuales aniquiló a los Barbaros en un instante. Pero como toda tragedia griega, la petición de Kratos le traería serias consecuencias.
Con el tiempo, Kratos iría perdiendo su humanidad, sin embargo, el amor por su esposa e hija lo alejaba de convertirse en la máquina asesina que Ares tanto deseaba. Para acabar con esto, el Dios de la Guerra lo mandaría a acabar con los seguidores de la diosa Atena, transportando a su familia dentro del templo donde todos se escondían.
En un ataque de furia, Kratos entraría al templo y asesinaría a todos los presentes, incluyendo a su familia. Arrepentido por sus acciones, maldijo el nombre de Ares y renunció a seguir siendo su herramienta de destrucción.
Como castigo, un oráculo lo maldeciría al cubrirlo completamente con las cenizas de su esposa e hija, haciendo que su piel tomará una tes grisácea, por su lado, Ares mandaría a sus Furias para castigarlo y encerrarlo.
Después de matarlas y hacer varias maromas, Kratos fue liberado de su castigo, pero al aceptar la verdad sobre la muerte de su familia, sus sueños se vieron plagados de terribles pesadillas donde reviviría una y otra vez esa fatídica noche. Para librarse de esta maldición, comenzó a servir a los dioses del Olimpo.
Pero sin importar lo que hiciera, estos no lo liberarían de sus pesadillas, llevándolo a cargar un odio contra los dioses. Diez años después, Kratos recibiría la misión de asesinar a Ares, quien se había revelado en contra del Olimpo. Viendo esto como la oportunidad para acabar con sus pesadillas y vengarse de Ares, comenzó su travesía para encontrar la Caja de Pandora y obtener el poder necesario para asesinar a un dios.
A pesar de que Ares se encontraba destruyendo ciudades enteras, Kratos solo quería encontrar el poder para matar al dios rebelde y después de varias travesías, asesinaría a Ares y convirtiéndose en el nuevo Dios de la Guerra.
Sin embargo, los dioses no lo liberarían de sus pesadillas, haciendo que el nuevo Dios de la Guerra se hiciera aún más amargado. Sintiéndose traicionado, le declararía la guerra al Olimpo y con la ayuda de los Titanes, lograría destruir a los dioses y a Zeus, quien resultaría ser su padre.
Sin mirar atrás o siquiera importarle, Kratos dejó al mundo en ruinas, ya que cada dios representaba un elemento natural y con su muerte, la naturaleza e incluso el sol perecieron. Fue tal su ira por asesinar a Zeus, que el último elemento redimible en él –proteger a Pandora– valió queso.
Como podemos ver, la travesía de Kratos nunca se trató acerca de obtener justicia, simplemente se empecinó en vengarse de todos y matar a lo que se le pusiera enfrente. Incluso, su último y único acto “heróico”, se sintió más como un último acto de rebeldía: entregar el poder de la esperanza a los humanos en vez de Atena.
Por todo esto y más, considero que Kratos no es realmente un héroe o antihéroe, simplemente es una persona muy enojada (con cierta razón), y el que deje fluir sus emociones con tal libertad sin importarle nada, es lo que lo hace un personaje con el cual uno se quiera sentir relacionado, ya que el representa cierto sentido de libertad.
Pero esta libertad, está libre de cualquier responsabilidad, llevándose a quien sea entre las patas sin importar las consecuencias.
Pero con un nuevo God of War el próximo año, tal vez veamos la redención de Kratos o lo volvamos a ver cometer los mismos errores del pasado.