Después de escribir tres notas (ya solo queda una) acerca de Okami y una de Onimusha, me di cuenta de como es que la cultura influye en los videojuegos.
Claro, cómo cualquier otra expresión artística, los videojuegos toman elementos de varias culturas y tradiciones para crear un mundo totalmente nuevo. Es obvio que con los títulos anteriormente nombrados, que la cultura japonesa se ha convertido en uno de los pilares esenciales para la creación de estos universos y personajes.
Sin embargo, títulos como Pokémon, han logrado traer a la vida a múltiples países sin que una gran mayoría de los jugadores se hayan dado cuenta.
Por ejemplo, las primeras 4 regiones están basadas completamente en la geografía de Japón, mientras que la quinta región está basada en la New York y la sexta en Francia, haciendo gala de muchas de las tendencias de la moda en París.
Pero esto, va más allá de una cuestión estética, con algunos títulos demostrando parte del sentir de ciertas culturas. Títulos como Final Fantasy, Persona, entre otros, son capaces de mezclar a personajes de diferentes culturas.
Mientras que en los Estados Unidos, la perspectiva que tenemos pareciera haber salido de un guión de Hollywood, utilizando la diversidad cultural como una cobertura.
Uno de los ejemplos más claros de esto que estoy diciendo, son los títulos de la franquicia, God Of War, los cuales podrían ser cambiados por superhéroes y la historia no cambiaría para nada.
Esto no tiene nada de malo, ya que nos permite ver como es que un país puede adaptar la mitología de otras culturas y entregarnos a uno de los personajes más memorables de las últimas dos generaciones de consolas.
Aunque, esto no solo se queda en el folclore, ya que también el cine, la música y la televisión, han contribuido en la creación de varios videojuegos.
Volviendo a Japón, cuando en Konami hacían las cosas bien, tomaron como inspiración a los monstruos de las películas de Universal, creando una de las mejores series del mundo: Castlevania.
Gracias al cine, series como Resident Evil y Silent Hill, agarraron varios de elementos de este arte y los trasladaron de manera magistral, innovando la forma en que los juegos de terror se hacían.
Incluso, juegos como los de Telltale Games, reproducen de manera muy fidedigna el sentir de una serie de televisión.
Hoy en día, la diversidad cultural se encuentra en la escena indy, con títulos como Never Alone, el cual nos introduce al maravilloso y rico mundo de las creencias y tradiciones de las culturas esquimales.
En fin, lo que quiero decirles es que existen un sinnúmero de juegos fuera de los típicos títulos de peleas, disparos, y deportes, que nos pueden introducir a mundos que no conocíamos.