¿Por qué me interesa?

Viajar dentro de la Ciudad de México nos permite conocer barrios tan poéticos como la Santa María la Ribera.

La colonia Santa María la Ribera es sin duda uno de los referentes de la CDMX. Basta una caminata por la Alameda, frente al prodigioso Kiosco Morisco, para comprender que no se trata de cualquier barrio, sino de una obra de arte viva, capaz de explicarnos todos los mundos que coexisten en la capital mexicana y de permitirnos viajar sin tomar una carretera a lugares apoteóticos y accesibles.  

Y es que la Santa María es algo más que una colonia histórica cerca del centro; es un referente de arquitectura interesante, iglesias atemporales, museos poco conocidos y sitios específicos en los que se ha detenido la historia. Ahí, entre sus calles, se han escrito novelas, se han filmado películas, han iniciado movimientos artísticos y han nacido personajes que han cambiado el pulso de la ciudad.

Uno de los barrios más emblemáticos de la CDMX. /imagen Wikipedia

En cada esquina de Santa María la Ribera, somos testigos de momentos importantes que nos revelan que lo mejor de la ciudad es gratis, se descubre caminando y le pertenece al que lo ve. Y es que el corazón de esta colonia late entre sus casonas importantes, los cafés que han sobrevivido a los años e incluso en las discretas bancas de una de las plazas más exquisitas de la capital.

Pero empecemos por el principio…

¿Por qué la Santa María la Ribera se llama así?

Se bautizó por un lado como “Santa María” porque así se llamaba un enorme rancho colonial que estaba desde la época de Hernán Cortés. Se trataba de una vasta propiedad rural dedicada a las actividades agropecuarias, como la siembra de maíz, y a abastecer las crecientes demandas de la Nueva España.

Antes de ser una barrio, fue una hacienda llamada Santa María./imagen Wikipedia

Por su parte, la palabra “ribera” se designó gracias a que en 1861, el gobierno le vendió la hacienda a los hermanos Flores, que poco a poco fraccionaron los terrenos y edificaron entre las cuadras decenas de casas de estilo europeo a las orillas (o riberas) del Río Consulado.

Nombres de calles, de árboles, de flores y de intelectuales

Otro rasgo distintivo, y altamente poético, de la colonia son los nombres de sus calles; una amalgama de capas históricas que cambia según la memoria de los vecinos, los planes urbanos originales y una serie de placas históricas que le rinden homenaje a diversos personajes célebres.

Los primeros nombres fueron ideados por los hermanos Flores, que bautizaron a las calles basándose en el sentido en el que corrían; las que iban de norte a sur recibieron topónimos de flores y las que eran verticales, de poniente a oriente, de árboles. Su idea era crear el mapa conceptual de un jardín.

Los nombres de las calles han cambiado tres veces./imagen La Ciudad de México en el Tiempo Facebook

Más adelante, en 1939, el Departamento del Distrito Federal implantó un plan de nomenclatura urbana para ordenar las calles de la capital; fue así como los nombres de árboles se sustituyeron por números impares y los de flores por números pares.

Esto cambió de vuelta cuando una iniciativa urbana colocó en las distintas calles placas para conmemorar la vida de personajes célebres como Doctor Atl, Amado Nervo o Salvador Díaz Mirón; la intención era reconocer la trayectoria de diversas figuras que en un momento u otro de su vida habitaron el barrio.

5 lugares hipnóticos de la Santa María la Rivera

Dicho lo anterior, y aprovechando que se viene el descanso de fin de año, hemos creado un breve itinerario con cinco lugares esenciales para conocer esta colonia, sin gastar más de $200 en un día. Estos lugares son asombrosos y totalmente accesibles a los visitantes; cada uno es un universo en sí mismo.

El recorrido empieza en el Museo de Geología.

Entrada por persona: $30

Bienvenidos a un imponente edificio porfiriano que resguarda en su interior las colecciones geológicas más importantes de México. Una visita por este recinto es la posibilidad de aprender sobre ciencia, contemplar fósiles antiquísimos y admirar una joya viva de la arquitectura en la ciudad hecha esencialmente de piedra volcánica.

Uno de los primeros museos de la colonia-/imagen Wikipedia

Continuamos Parroquia Josefina de la Sagrada Familia

Entrada gratuita 

Se trata de una iglesia de estilo neobizantino, cuya construcción inició en 1899 y terminó en 1906. A pesar de que el templo se hizo con poco presupuesto, su belleza es innegable. Tres naves, un campanario, múltiples cúpulas, que recuerdan a algunas construcciones turcas y, sobre todo, una fachada de cantera rosa que literalmente quita el aliento.

Una iglesia Neobizantina/imagen Parroquia Josefina de la Sagrada Familia Facebook

Vamos al Museo Universitario del Chopo

Entrada por persona: $30

También conocido como el “palacio de cristal”, este es un sitio único en la ciudad donde se puede apreciar lo mejor del arte contemporáneo. Inaugurado en 1975, este edificio está hecho principalmente de hierro y vidrio; la estructura se diseñó en Alemania como parte de una exposición industrial.

Este edificio se diseñó en Alemania. /imagen Wikipedia

Comida en el Mercado Morisco

Menús que oscilan entre $100 y $150.

Ha llegado la hora de detener nuestro viaje e ir por un aperitivo; el mejor lugar para hacerlo es este nuevísimo mercado gastronómico donde coexisten cuatro propuestas locales. Aquí se puede comer pizza, atascarse con taquitos, tomar una chela y hasta disfrutar de una tostada de pulpo por menos de setenta pesos.

Un mercado donde hay una buena variedad de propuestas./imagen Mercado Morisco Instagram

Todo termina en el Kiosco Morisco, con un helado

Entrada gratuita

Pocas cosas tan asombrosas como el símbolo principal de la colonia Santa María la Ribera, una impresionante estructura neomudéjar que fue diseñada por el ingeniero José Ramón Ibarrola en 1884, como pieza representante del pabellón de México para la Exposición Universal de Nueva Orleans.

Tan hermoso como imponente./imagen Wikipedia

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