Lo que necesitas saber:

En los 80 y 90 las formas de entretenerse eran distintas. Los fines de semana se podían rentar películas en el Videocentro de la esquina de la casa.

Antes de que encendiéramos la televisión y pudiéramos ver lo que quisiéramos, existían unos aparatos llamados VHS . Algunos afortunados tenían una buena colección de videos en casa, no obstante la mayoría los rentaban en un lugar llamado Videocentro, un negocio mexicano esencial para subsistir los fines de semana.

Para los que no tengan idea de lo que hablamos, podemos decirles que los Videcentros contaban con muchas sucursales en las que se podían rentar toda clase de películas.

Desde clásicos como Casablanca o Taxi Dirver, hasta estrenos de los 80 y 90 que o no habíamos podido ver en la pantalla grande o queríamos revivir desde la comodidad de nuestra casa.

Hay que destacar que los Videcentros, no sólo eran el paraíso de los cinéfilos­­ –Quentin Tarantino se formó en un establecimiento parecido­– sino que eran un club de barrio en el que había que sacar membresía, y comprometerse a entregar las cintas unos días después rebobinada y en perfectas condiciones.

Asimismo, en casi todas las sucursales los gamers de hace 30 y 40 años podían rentar sus juegos de Nintendo o cartuchos de SEGA y Family Games.

Si se le avisaba al encargado de la sucursal, y se pagaba un costo extra, los miembros del club tenían la oportunidad de quedarse con los juegos hasta que ganaran o se aburrieran.

Ser parte de un Videcentro era un honor extraño que duró sólo algunos años, la empresa mexicana no logró competirle a la llegada de los Blockbusters a la CDMX. Aún así, vale la pena abrirle un pedazo de corazón y sentir melancolía por todos esos establecimientos que nunca van a volver a abrir.

¿En qué consistían los Videocentro?

Los primeros Videocentros abrieron sus puertas en 1983, con varias sucursales en toda la república mexicana, en particular en Monterrey y en la Ciudad de México, donde se instalaron estratégicamente en varias colonias, de modo que la mayoría de sus miembros pudieran llagar a pie.

Los establecimientos estaban tapizados de posters de películas de Hollywood y casi siempre tenían un televisor de pantalla redonda en el que repetían los mismos tráilers una y otra vez. Algunas veces en el mostrador se vendían botanas para ver la cinta junto a toda clase de golosinas de los años 80.

Como lo podemos ver hoy en las plataformas de straming, en los Videcentros las cintas también se dividían por géneros. Sólo que aquí había pasillos, en vez de displays, en los que encontrabas suspenso, infantil, romance, comedia y drama.

Así eran los Videocentros
La membresìa consistía en una tarjeta de cartón. /Imagen Facebook Faus Romero

En algunas sucursales había incluso una sección de adultos, con algunos títulos algo subidos de tono.

Para ser parte, sólo había que pagar una cuota de inscripción, dar un recibo domiciliario y listo, te daban una frágil credencial de cartón con la que podías rentar el número de videos que necesitaras.

Usualmente había tres días para ver la película. Si se entregaba después se tenía que pagar una multa, lo mismo sucedía si no se regresaban los videos retrocedidos al inicio o en perfectas condiciones.

El último Videocentro

El tiempo siguió su curso y los nuevos inventos aplastaron esa modernidad incipiente de finales del siglo XX, quizá las primeras víctimas de la digitalización fueron tanto los VHS como los videos y por supuesto los Videcentros.

Súbitamente todos desaparecieron, excepto un sobreviviente en Estado de México. En 2020 se hizo viral el último Videocentro de nuestra generación.

Así eran los Videocentros
Tras la llegada del Blockbuster todos los videcentros se cerraron, menos uno. /Imagen Filckr

Ubicado en el corazón de Tlanepantla, esta joya ha subsistido a todo. Es verdad que ya no cuenta con videos, pero sí con un acervo de más de 4 mil películas, en formato DVD, que ya se pueden pedir vía Watts App.

Esta tienda se mantiene viva gracias a las personas del barrio que son leales y saben que están ante la historia misma.

Así eran los Videocentros
El último Videocentro conserva el mismo logo. /Imagen Videcentro Facebook

Un grupo de entusiastas que además, de tanto en tanto, van a comprar una de las camisetas de Tin Tan coleccionables que se ofrecen en la sucursal.

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¿Y ustedes, se acuerdan de esta tienda? Si tienen una anécdota no dejen de compartirla.

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