Lo que debo de saber
Los datos curiosos son una oda inadvertida al amor por la curiosidad y una forma de mantener nuestro cerebro activo.
Estamos a días de uno de los momentos más incómodos del año. Ese instante en el que nos encontramos de frente, en la cena navideña, con esos parientes que viven del otro lado de la ciudad y con los que no tenemos nada de qué hablar. Pues bien, nada remedia los silencios incómodos como una buena lista de datos curiosos que, además de ser divertida, es un gran disparador de conversación y quizá nos revele facetas desconocidas de nuestros familiares.
Y es que más que un grupo de conocimientos simpáticos, los datos curiosos pueden ser el pretexto para generar un gran momento de conexión entre ese grupo de desconocidos, que a veces es parte de nuestro árbol familiar. Estos datos son, digamos, una manera elegante de averiguar que nuestro tío lejano es amante de los animales y puede enseñarnos sobre el extraño comportamiento de las palomas.
Por otro lado, los datos curiosos nos permiten instruirnos de una forma natural, libre de presión social, y cualquier experiencia relacionada con el bello arte del aprendizaje siempre debe ser bien recibida. En ese sentido, tirar un par de conocimientos antes del pavo les mostrará a tus primos, tías y abuelos que valoras conocer más sobre el mundo y que estás abierto a nuevas experiencias.
Aprender datos curiosos = Fomentar nuestra curiosidad.
La adultez tiene la horrible costumbre de hacernos creer que ya sabemos demasiado sobre algunas cosas en la vida; no obstante, esto no puede estar más alejado de la verdad, porque en un mundo tan grande, en el que suceden tantas cosas todos los días, la única certeza es lo que alguna vez dijo Sócrates: “Yo solo sé que no sé nada”.
En ese sentido, existen pocas cosas tan fundamentales como la curiosidad; todos los días se puede aprender algo nuevo y una manera divertida de hacerlo es a través de interminables listas de datos curiosos; este grupo de conocimientos es una necesidad cognitiva que nos abre la posibilidad de avanzar en un mundo complejo.
Algunos estudios revelan que la curiosidad prepara al cerebro para aprender. Es un motor que nos permite entender mejor los desafíos que se presentan cotidianamente, una manera innovadora de resolver problemas y una forma de mantener nuestra memoria en buena salud.
Dicho esto, es correcto concluir que las mentes inquisitivas son aquellas que tienen el valor de interrogar constantemente sobre los temas importantes de la vida. No les interesa dar una cátedra de lo que saben, sino hacer preguntas. Son ese grupo pequeño, y superinteresante, de individuos que leen, escuchan, investigan y entonces, analizan.
7 datos curiosos para hablar en la Cena de Navidad
A propósito de lo anterior, y para que estas fiestas se transformen en una experiencia didáctica y entretenida, aquí les dejamos este pequeño compendio de datos inadvertidos sobre los animales, el cuerpo, la literatura, la geografía y las palabras raras. De corazón, esperamos que los disfruten.
¿Qué es la tipofobia?
Se trata de un padecimiento irracional que genera fobia a un grupo de agujeros pequeños, a patrones repetitivos y a protuberancias. Este síndrome, perfectamente tratable con terapia, se caracteriza por la ansiedad desmesurada cuando aparecen estructuras repetitivas como los panales de abejas, las esponjas, los corales, por solo mencionar algunas.
El gorro de un cocinero
Los chefs tienen un uniforme muy específico, y sin duda el gorro ocupa un lugar principal. Más allá de cuestiones relacionadas con la limpieza, esta pieza se diseñó con 100 pliegues; cada uno simboliza el conocimiento y las técnicas que los cocineros tienen que dominar a lo largo de su carrera. Asimismo, representa todas las formas en las que se puede cocinar un huevo.
Australia es más ancha que la Luna
Aunque nuestra percepción de la luna siempre es engañosa, este dato es correcto. Si comparamos una medida lineal, es decir, la distancia entre sus puntos más alejados, entre nuestro satélite y el país de Oceanía, descubrimos que el tamaño real de la luna es de 3,475 kilómetros, mientras que el de Australia es de 4,000 km. Vaya, vaya.
El libro más largo del mundo es En busca del tiempo perdido.
La gran novela del autor francés Marcel Proust tiene una extensión de 1,267,000 palabras. Si traducimos esto a páginas, son aproximadamente 3,031 que se acomodan de forma magistral en tres tomos. Es importante destacar que este gran texto se publicó en periodo de poco menos de veinticinco años.
Sobre el potente latido de una ballena azul
El latido de corazón de una ballena puede detectarse a más de tres kilómetros de distancia dentro del mar. Esto es posible gracias a que gran parte de la potencia de su órgano se emite en baja frecuencia, y a que las propiedades específicas que tiene el agua marina permiten que los latidos se escuchen con más agudeza que el resto de los sonidos.
Las palomas pueden contar
Hablando de la cognición animal, algunos estudios han revelado que, si bien estas aves no tienen una capacidad matemática simbólica abstracta, sí pueden ordenar cantidades a través de las superficies que picotean y también pueden distinguir entre conjuntos y comparar magnitudes, es decir, saben dónde hay más comida y menos comida.
La lengua tiene diecisiete músculos independientes
Aunque parezca increíble, la lengua, más que un órgano, es una verdadera obra de arte de la ingeniería. Cuenta con al menos 17 músculos organizados, que trabajan como un equipo y nos permiten, entre decenas de funciones, levantar la punta, alargarla, empujarla hacia delante, hablar y sobre todo tragar.
