Serán muy amistosos en el trato con los niños, pero nunca te pongas al brinco con una botarga. El pobre hombre que estelariza esta golpiza lo entendió de la forma difícil.
Los ánimos de un automovilista llegaron al límite, por lo que procedió a darle un buen cerrón a una camioneta… sin pensar que del interior descendería toda la banda “botarguera” decidida a propinarle unos buenos guamazos.
Aunque intentó defenderse, el pobre hombre no pudo hacer nada frente al poderío de Mickey Mouse, Bob Esponja y compañía… eso sí, las botargas no se quitaron para nada de su disfraz: por si un niño los veía… no se vaya a traumar.
Y esto sucedió… ¿dónde más? sólo en Rusia.