La pregunta puede parecer tonta, básica o ingenua, pero vale la pena detenerse a pensarlo: ¿qué se siente no poder recorrer tranquilamente las calles de tu propia ciudad? Una chica atravesó Manhattan caminando, vestida de lo más normal, y un montón de tipos le gritó toda clase de peladeces. Esta es la realidad que muchas mujeres experimentan cotidianamente y, aunque se aprende a vivir así, la misma normalización de estos eventos es dañina, si buscamos alcanzar una convivencia social sana.

La protagonista de este video decidió responder –ni siquiera agresivamente, sino con lógica y cordialidad– a los que la molestaban. Varios no saben ni qué hacer, otros creen que ya ligaron. La duda es siempre la misma: ¿qué diablos hace pensar a los hombres que tienen derecho a hablarle a una mujer que no conocen, que no quiere hablar, que va por la vida concentrada en sus propios asuntos?

 

Hace dos años, otra mujer hizo más o menos lo mismo pero no respondió absolutamente nada a sus agresores. De cualquier manera recibió esa extraña combinación que a veces se aplica: el piropo/insulto. Te digo un piropo. ¿No respondes como espero? Ah, pues te insulto. Así es como la lógica de algunos funciona… En el video incluso hay unos que se ofenden, porque si se le está lanzando un piropo a alguien pues lo menos que puede hacer es responder amablemente… ¿KHÉ?

 

 

Al parecer, si eres mujer va a estar un poco jodido que intentes caminar sola por ahí sin recibir un comentario no solicitado. Pero este tipo de videos nos puede enseñar a generar cierta conciencia respecto a un comportamiento que hasta ahora ha sido socialmente aceptado. Hay que buscar darle un giro a las cosas, de manera que todos podamos recorrer libremente los espacios que se nos dé la gana. Estaría padre.

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