Tal parece que Donald Trump, no puede ver a sus predecesores ni en pintura, por eso, los retratos de los expresidentes George Bush y Bill Clinton que solían estar en el hall principal de la Casa Blanca, ahora sirven para espantar a las ratas –léase en sentido literal-. En su lugar, los cuadros fueron reemplazados por dos exmandatarios republicanos, electos hace más de 100 años.
La tradición de la Casa Blanca exige que los retratos de los presidentes estadounidenses más recientes reposen en el vestíbulo de la Casa Blanca, considerado un sitio de honor, pues permanecen a la vista de cualquier invitado, incluso, así lo pudo apreciar el presidente López Obrador, durante su gira de trabajo, el pasado 8 de julio del 2020.
Sin embargo, una vez entrando a la víspera hacia las elecciones de noviembre, los retratos de George Bush y Bill Clinton parecen ser las ‘piedritas en el zapato’ que le recuerdan que durante la contienda electoral, no le será nada fácil lograr la reelección. De acuerdo con CNN, las pinturas de los exmandatarios fueron colocadas en las paredes de una habitación poco concurrida y a la que sin duda, los invitados no visitan, ni por error. Algo así como el cuarto de los tiliches, ocupado para guardar la mantelería y blancos de la Casa Blanca.
Reemplazados sin sentido
La cadena estadounidense, cita a varios testigos que aseguran que para que no se quedara la ‘pared pelona’, ahora lucen los retratos de William McKinley, para que tengan idea, el vigésimo quinto presidente de Estados Unidos, que estuvo en el poder en la década de 1880, así como el de Theodore Roosvelt, mandatario del país vecino del norte en 1901.
Hasta el momento, la Casa Blanca no ha explicado la razón del reemplazo de los retratos de George Bush y Bill Clinton, que aunque no es ilegal, sí parece extraño, sobre todo si tomamos en cuenta que Bush, presidente desde el 2001 hasta el 2009, también comparte la bandera del partido republicano, como lo hace el actual ejecutivo. Pero, a estas alturas del partido, ya deberíamos estar acostumbrados a los desplantes de Trump.