La mayoría de nosotros hemos visto a Jesucristo, pero no nos referimos en persona, sino a través de las miles de imágenes que hay en cualquier recinto religioso o hasta en la calle, donde nos muestran a un hombre barbado, blanco y con finos rasgos en el rostro, pero esa no representa muy bien que digamos la apariencia del verdadero Jesús.
Resulta que un grupo de científicos forenses, decidieron realizar un modelo de cómo sería el rostro de Jesús, basados en la apariencia de los hombres del lugar y la época en la que vivió. Y aunque aseguran que esta no es necesariamente la cara exacta del hijo de Dios, definitivamente se acerca más que el retrato que todos conocemos de él, incluyendo este.
Para hacerlo, primero realizaron un modelo utilizando análisis por computadora de un cráneo semita del siglo I de la región de Galilea, al norte de Israel. Después, eligieron el color de la piel con base en pinturas de semitas que datan de esa época y región.
Finalmente, los antropólogos forenses se basaron en la Biblia para decidir el tipo de cabello que le pondrían a su modelo. Tomaron en cuenta un capítulo que menciona que para los hombres, traer el cabello largo era “una vergüenza”, por lo que decidieron mostrarlo con el cabello corto, lo cual era lo más apropiado para los hombres de la época. Y al final, así fue como quedaron los retratos, y éste sería una versión muy cercana a cómo lucía Jesús.
