Un par de trabajadores del Central Park de la ciudad de Nueva York se encontraban restaurando un cañón de más de 230 años de antigüedad que decoraba una sección del parque cuando descubrieron que éste ¡estaba cargado! Las autoridades locales ya desactivaron el dispositivo de manera segura sin que nadie saliera herido.
El cañón utilizado por las tropas británicas durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos fue donado a la ciudad en algún punto del siglo XIX por una persona que encontró la pieza histórica dentro de un naufragio inglés cerca del río este de la isla de Manhattan. No obstante, en más de un siglo de que el cañón estuviera a la vista de todos, nadie se enteró que éste aún estaba activado y listo para disparar.
Los trabajadores encargados de restaurar el arma, retiraron una capa de concreto que protegía el dispositivo del clima y descubrieron que en el fondo del cañón había una bala; hecho que los alarmó lo suficiente para llamar a la policía para que investigaran que sucedió.
Después de que la investigación demostrara que el cañón mantuvo su letal carga intacta a pesar de haber permanecido décadas debajo del agua y un par de siglos bajo las inclemencias del clima de la isla. La policía dice que, a pesar de haber estado sumergido durante tanto tiempo, se descubrió que en el fondo del cañón aún había una cantidad considerable de pólvora negra lista para usarse.
Debido a los bruscos cambios de clima que la ciudad de Manhattan tiene durante todo el año, era muy posible que una onda de calor activara la pólvora, disparando su centenaria carga letal sobre algún insospechado ciudadano estadounidense; irónicamente, ése habría sido el objetivo de dicha arma desde su fabricación hace más de dos siglos.
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