Pues para que se vayan curtiendo en el arte de la guerra, así es como los cadetes de la prestigiada academia militar de West Point complementan su educación. No fue espontáneo. Cada año, al final del verano, se cumple esta tradición que marca el fin de una época de entrenamiento intenso, esto con el objetivo de aligerar las tensiones y fomentar el espíritu de camaradería.
Aunque parece inocente el asunto, este año no fue tan pacífico, ya que muchos de los cadetes cobraron cuentas pendientes y colocaron objetos dentro de las fundas (se dice que cascos) por lo que hubo labios abiertos, por lo menos un soldado con la pierna rota, hombros dislocados y varios jóvenes quedaron inconscientes. Un total de 30 heridos.
“Aunque la vasta mayoría de los alumnos parece haber mantenido el espíritu del evento, algunos otros no lo hicieron”, menciona un comunicado de West Point, que señala que pese a lo ocurrido, ninguno de los participantes fue castigado. Sin embargo, la policía militar investiga el caso ya tomó nota del caso y actuará cuando la pesquisa concluya…
Los hechos ocurrieron el pasado 20 de agosto, pero hasta ahora sale a la luz el video. La institución militar asegura que los heridos ya regresaron a sus labores. Por suerte, en esta batalla las únicas bajas fueron en cuestión de testosterona, ya que después de esto se armó la pijamada y bueno, ya se imaginarán como amanecieron muchos de estos soldados.