Existen personas que prefieren pasar todo el día conviviendo con su mascota antes de siquiera saludar a otro ser humano. Después de todo, los animales no ponen excusas para hacer cualquier cosa que se nos ocurra: si queremos salir a pasear, nos acompañan a donde queramos; les gusta comer todo lo que nosotros compremos (mientras no les haga daño); y no van a armar un drama si preferimos una tarde tranquila en casa en vez de irnos de fiesta.

Otros podrían pensar que sólo un ForeverAlone se pone a platicar con su perro, gato o cualquier otra criatura. Sin embargo, existe un estudio que no sólo asegura que eso es perfectamente normal, sino que prueba un nivel de inteligencia mayor al de otras personas.

¿Qué es la antropomorfización y por qué se relaciona con hablar a tu mascota?

Este hábito, al que los expertos llaman antropomorfización, consiste en dar cualidades o forma humanas a un animal u objeto; como nuestro coche o la computadora, por ejemplo. A pesar de que algunos consideran que esto es una señal de inmadurez, los expertos como el profesor Nicholas Epsey de la Universidad de Chicago, creen que se trata de una actividad que ayuda a desarrollar cierta parte de nuestra mente.

Comúnmente ponemos nombres a cosas como autos, instrumentos, barcos y cámaras. Todos los artefactos con los que desarrollamos una relación especial y que son considerados como una extensión de nuestra identidad.

Los escritos de Epsey, básicamente trata de decirnos que al dar personalidad a nuestra mascota o a cualquiera de sus pertenencias, el ser humano demuestra gran imaginación, una gran capacidad de percibir la mente de otros seres vivos, un amplio desarrollo en la habilidad social (por raro que pueda sonar) y hasta una habilidad secreta para conservar nuestra salud mental.

Piensen un momento en aquella película Náufrago, con Tom Hanks, y se darán cuenta de que fue gracias a Wilson que pudo conservar la calma y sobrevivir durante su estancia en aquella isla.

Las personas siempre buscan antropomorfizar los objetos por tres simples razones: estos parecen tener rostro humano, queremos ser sus amigos o porque no podemos explicar su comportamiento impredecible. Se podría decir que estamos tratando de conocer a un nuevo amigo cuando le preguntamos al perro cómo está y luego respondemos por él con una voz inventada.

Así ya lo saben, chicos y chicas; hablar con su mascota no los convierte en esa persona loca y sin amigos, sino todo lo contrario. Se podría decir que son las personas que poseen mayor estabilidad mental que podrían conocer en su vida.

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