En el libro Los mensajes ocultos del agua de Masaru Emoto, se analiza el impacto de la música en los cristales que se forman en el agua. Los resultados, así como las imágenes, son sorprendentes. Cuando el agua estaba expuesta a sonidos ambientales o música clásica, el cristal se formaba casi de forma perfecta mientras que los géneros más fuertes y “violentos” como el metal, rompían con su forma.

¿Sucedería lo mismo si exponemos cualquier otra cosa a la música, por ejemplo, un queso? En el primer caso, hablamos de agua, algo que nos mantiene vivos e interactúa con nuestra naturaleza anímica y fisiológica. El queso es distinto, es un producto de origen animal que consumimos sin pensar en su trascendencia… sin embargo, los resultados de un experimento fueron sorprendentes.

Resulta que un grupo de científicos de la Universidad de Artes de Bern en colaboración con Beat Wampfler (productor de queso suizo), expusieron más de nueve kilos de queso Emmental a distintos tipos de música para ver cómo esta influye en su sabor. Estos estaban en cajas de madera individuales dentro de las bodegas de Wampfler. Durante seis meses y sin descanso alguno, los quesos “escucharon” canciones a través de dispositivos que dirigían las ondas de sonido a las cajas de queso (redondas). Cada canción duraba 24 horas.

Tres quesos estaban expuestos a tonos altos, medios y bajos mientras un queso, en secreto, permaneció en silencio durante el experimento. ¿Qué encontraron los investigadores? Estos determinaron que la música que se escucha mientras se produce el queso, influye en su sabor. El queso está hecho de leche y bacteria y su mezcla, en un sentido poético, es como un baile… y como sabemos, la música es importante para llegar a un resultado satisfactorio.

Foto: (Bern University of the Arts HKB) vía Smithsonian.com

Lo más sorprendente llegó con los resultados. El queso que no estuvo expuesto a música, dio un sabor más ligero que los demás. En cuanto a los quesos melómanos,  el hip-hop fue el que dio el mejor sabor de todos: sabor y aroma más penetrante y fuerte, y en el mundo de los quesos, quiere decir que es bueno. No Mozart, no Beethoven, no Led Zeppelin, no ACDC… hip-hop al mero estilo de KRS-One, Run-D.M.C., De La Soul y más (estas son nuestras propuestas, claro).

Las bacterias son responsables de la formación del sabor del queso, con enzimas que determinan su madurez”, dijo Wampfler. “Estoy convencido de que la humedad, temperatura y nutrientes, no son los únicos elementos que influyen en el sabor. Sonidos, o música también tienen un efecto”.

¿Qué canciones fueron las seleccionadas para el experimento?

“La flauta mágica” de Mozart

“Stairway to Heaven” de Led Zeppelin

“Monolith” de Yello

“Jazz (We’ve Got)” de Quest

“UV” de Vril

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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