¿Se acuerdan de lo que aprendieron en la escuela sobre el origen de la Luna?

¿No?

Pues qué bueno, porque quizá la Luna e incluso la Tierra tuvieron un origen muy diferente al que se pensaba.

Originalmente se creía que la Luna se formó después de que un protoplaneta llamado Tea (los gringos le dicen Theia) chocó contra la entonces juvenil Tierra. Así, una parte de Tea fue impulsada a la atmósfera dando origen a lo que hoy es la Luna. ¿Hasta aquí todo claro?

Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad de California, dirigidos por Edward Young, afirman que esto es falso, pues si en realidad hubiera sido así, la Luna debería tener una composición química muy similar a la de Tea, cosa que no ha podido demostrarse después de los exámenes realizados a los isótopos de oxigeno en rocas lunares.

Lo que Young y su equipo proponen es que efectivamente Tea impactó con la Tierra, pero lo hizo de forma frontal. Por eso, en lugar de que el primero se destruyera en realidad se fusionó con nuestro planeta. Y de esta unión, uno de los pedazos desprendidos formó la Luna.

“No vemos ninguna diferencia entre los isótopos de oxígeno de la Tierra y los de la Luna; son indistinguibles. Tea se fundió tanto con la Tierra como con la Luna, e incluso se dispersó entre ellos”.

… comentó este profesor a The Guardian.

Por si se lo preguntaban, la colisión entre la Tierra y Tea habría ocurrido 100 millones de años después de la primera formación de la Tierra, osea, hace unos 4,500 millones de años.

¿Les convence más esta nueva teoría? Mejor deberían de ir a preguntarle directamente a Chabelo y dejarse de tantas especulaciones.

*** Vía HuffingtonPost, RT

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