¿Qué sería de este mundo si los perritos no existieran para alegrarnos el día?
Esa es una pregunta que no nos gustaría responder porque esas criaturas son lo mejor que podría haber pasado en nuestras vidas. Tan sólo piénsenlo por un momento y dígannos si su día sería el mismo si despertaran y nadie estuviera ahí para darles los buenos días (en caso de que no estuvieran con su pareja o familia, claro). Podemos apostar a que su vida sería tan triste como los rostros que verán a continuación.
Los perros son seres muy especiales y tienen mucho en común con nosotros. Saben cuando han sido buenos muchachos y también se dan cuenta cuando la regaron. Obviamente algunos son algo más descarados; todo depende del lugar en donde hayan crecido y las circunstancias que los acompañan.
¿Necesitan un ejemplo? De acuerdo. Supongamos que ustedes tienen una edición de Songs of Ice and Fire firmada por el mismísimo George R.R. Martin, pero que a su perro no le gustan mucho las historias ficticias y tampoco que los dejen solos en la tarde. Por esa razón, el muy chistoso decide extender una queja formal, que se traduce en transformar su libro en miles de pedazos de papel.
Muy mal, ¡eso está muy mal!
Tal vez eso no sea suficiente, así que pasaremos a otro escenario. Sus dos mascotas piensan que hace falta más color en su vida y deciden trazar un plan para solucionar el problema. Para esto, uno decide comer gis de colores y defecar “un precioso arcoiris”.
El único defecto en el plan fue que su hermano decidió comerse la obra de arte.
Vamos a hacer las cosas más dramáticas: el canino está muy preocupado por sus problemas de alcoholismo y no halla una mejor manera de ponerles un alto. Por eso decide destruir todas las botellas que encuentra, a pesar de que eso le haga sentir mucha culpa.
“Todo es por tu bien, amigo mío…”
También pueden ocurrir “accidentes”. Como el que sufrió este muchacho, que sin querer se echó al plato un tarro de vaselina y ahora debe caminar por la casa con un pañal. Sobra decir que todo lo que entra, tiene que salir, ¿verdad?
Obviamente hay crímenes más grandes que otros. Este no es tan malo, ya que tan sólo ha estado arrancando la nariz de unos peluches. Lo chistoso es la expresión en el rostro de este cuate, que parece la de alguien que se arrepiente pero no tanto…
Miren a este muchacho que se quedó atrapado en el baño después de ponerse a comer pañales. No supo abrir la puerta y tuvo que salir como pudo, así que construyó una entrada especial para perros.
¡Un genio criminal!
En todas las casas hay quienes se llevan mal uno con el otro. En el caso de estos dos perritos, tenemos al que suele pararse en las orejas del otro y por supuesto, al que le hace pipí encima a su compañero cuando está distraído. Son como los hermanos que no pueden dejar de fastidiarse la vida.
¿Quién dijo que el Grinch es la criatura responsable de arruinar la Navidad? Podemos apostar a que son más los perros destructores de árboles quienes acaban con el espíritu de aquellas fiestas.
Hay ocasiones en las que uno se levanta con ganas de ver el mundo arder. Si no nos creen, pregúntenle a este perrucho por qué se fue a jugar en el lodo, entró a casa de sus dueños, embarró toda su cama y luego pateó a uno de ellos en el estómago.
Cabe mencionar que nada de eso le importó.
Y nunca faltan los padres que le recuerdan a todo el mundo tus momentos más vergonzosos. Este amigo se espanta con sus propias flatulencias y su familia se lo hizo saber a todos en Internet.
¡Qué mala onda!
Yoda no murió por causas naturales, sino destripado por un perro que no parece tan arrepentido como el resto en esta lista. Teníamos que ponerlo porque su letrero es una verdadera joya.
A falta de pasta de dientes y un cepillo, este señor decidió comer unos cuantos insectos para evitar tener mal aliento. Ahora sus ladridos están acompañados de un ligero aroma a cilantro.
Si existe un tema que saca de onda a los perritos, es el de la religión. Tanto es así, que este pobre chico perdió los estribos durante la visita de un sacerdote y se “emocionó” con su pierna un rato.
El rostro del pecado.
Ella es Missy, una labrador a la que le gusta coleccionar cosas. El problema es que su hobby se ha convertido en un desorden y ahora necesita ayuda profesional. Para que vean que hasta los perros pueden recibir intervenciones.
Para terminar, pensamos que debíamos mostrarles un misterio sin resolver. En un hogar estadounidense, un invasor decidió destruir todas las reservas de papel sanitario y dejar al pobre perro como el único sospechoso. Ante las miradas juiciosas de sus dueños, el animal decidió escribir un cartel que probara su inocencia.
No sabemos lo que piensen ustedes, pero su argumento nos pareció bastante convincente.
Ojalá puedan pasar más tiempo con sus amigos perrunos, porque ellos siempre estarán más que encantados de entregarles su tiempo. Si hacen uno que otro destrozo, no se enfaden con ellos; mejor piensen que lo hacen por la pura tristeza de no estar con ustedes.
¡Awww!