Kaitlin Burge, una madre de Princeton, en Texas, decidió compartir una publicación en Facebook para darle a las personas un mensaje muy importante del que pocas veces se habla: lo difícil y doloroso que es para las familias el tener a alguien con cáncer y también, la manera en la que los más pequeños del hogar afrontan la situación. Lo hace porque ella ha estado viviendo la situación en carne propia desde 2018, ya que en abril de ese año su hijo Beckett, de cuatro años, fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer que comienza en la médula ósea y que es el más común durante la niñez.

Foto: Beckett Strong (Facebook)

Fue el pasado 3 de septiembre cuando Burge, a través de un post que ya suma más de 59 mil reacciones y ya fue compartido más de 36 mil veces, compartió una foto en blanco y negro en donde se ve a la pequeña Audrey, su hija de cinco años de edad, consolando y acompañando a su hermano Beckett mientras éste está vomitando en un escusado.

“Una cosa que no te dicen sobre el cáncer infantil es que afecta a toda la familia. Siempre escuchas sobre las luchas financieras y médicas, pero ¿con qué frecuencia escuchas sobre las luchas que enfrentan las familias con otros niños?”, son las palabras con la que comienza el escrito.

Foto: Beckett Strong (Facebook)

Durante el texto, Kaitlin Burge detalla la manera en la que Audrey ha visto el proceso médico de su hermano en su batalla contra el cáncer y a pesar de que no entiende muy bien la situación o los síntomas de su hermano, siempre ha estado apoyándolo en todo momento. “Mis dos hijos, con 15 meses de diferencia, pasaron de jugar juntos en la escuela y en casa a sentarse juntos en una habitación fría del hospital. Mi hija de entonces 4 años vio a su hermano ir de una ambulancia a la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Observó a una docena de doctores arrojarle una máscara sobre la cara, pincharlo y pincharlo con agujas, bombear una docena de medicamentos a través de su cuerpo, todo mientras permanecía allí, impotente. Ella no estaba segura de lo que estaba pasando. Todo lo que sabía era que algo andaba mal con su hermano, su mejor amigo”.

La mujer también relata que Audrey ha notado que su rutina y la de su hermano han tenido grandes diferencias, ya que el pequeño ya no puede ir a la escuela como ella o ya no tiene energía para jugar con él. Sin embargo, la niña sigue a su lado sin importar nada: “¿Por qué llevamos a su hermana con nosotros y por qué vio todo esto a una edad temprana? Los niños necesitan apoyo y unión, y no deben mantenerse a una distancia de la persona que está enferma. Lo más importante es demostrar que se cuidan independientemente de la situación. Ella pasó una buena cantidad de tiempo, a su lado en el baño, mientras él se enfermaba. Ella se quedó junto a él. Ella lo apoyó y lo cuidó, independientemente de la situación. Hasta el día de hoy, están más cerca. Ella siempre cuida de él”.

Foto: Beckett Strong

“Vómitos entre sesiones de juego. Despertarse para vomitar. Estar de pie al lado de su hermano y frotando su espalda mientras él se enferma. Pasando de 13 a a 9 kilos. Este es el cáncer infantil. Tómalo o déjalo” finaliza la publicación. Sin duda una historia que los hermanos son lo mejor que nos pudo haber pasado en la vida, ¿no lo creen?

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Redactora de música, entretenimiento y noticias. Llevo siete años en medios de comunicación y he tenido la oportunidad de conocer, entrevistar y escuchar en vivo a mis artistas favoritas.

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