La noche perfecta… si al menos se acordara qué fue lo que pasó.
Pues ahí tienen que un noruego que andaba de paso por Polonia decidió calentar su fría noche visitando un buen table… sin embargo, se le pasaron las cucharadas y después de unos buenos tragos (y una que otra sustancia que al parecer ilegalmente le suministraron) terminó derrochando más de 36 mil dólares en el establecimiento.
¿Bailes, tragos, huevos Fabergé? Quién sabe, el pobre sujeto supo que había gastado tal cifra hasta la mañana siguiente, cuando checó su estado de cuenta… “¡Ay wey, seguro me divertí un montón!”, ha de haber pensado… para después presentar una denuncia ante la policía local… claro, lo habían estafado.
“Por desgracia eso fue el día siguiente, así que no había mucho que pudiéramos hacer… pero tomamos muestras de sangre y orina y les hicimos pruebas toxicológicas,” comentó Anna Piórkowska, fiscal de distrito en Sopot, Polonia.
Cuando parecía que ya nada se podría hacer al respecto y el noruego –cuyo nombre fue omitido… ya saben, porque todo casi todos conocemos a alguien de Noruega que viaja a Polonia y visita tables- tendría que pagar la costosa cuenta, se obtuvieron imágenes de las cámaras de seguridad del establecimiento en cuestión… y ahí se pudo detectar que uno de los barman colocó una sustancia en la bebida del cliente.
Los investigadores dijeron que el material era “desconcertante”, pero también concluyente: pese a que al principio la fiscal había desechado el caso por supuesta falta de pruebas, el tribunal polaco dictaminó que ya que el hombre había sido drogado, no podía ser considerado responsable de sus acciones y por ello ordenó a Sparebank 1 (banco de la víctima) cubrir los gastos de su noche en el bar… obviamente el banco intentó ponerse al brinco, pero la ley es la ley y la noche de diversión le salió gratis al afectado.