De vez en cuando, Internet nos muestra historias que nos ayudan a recordar una de las lecciones más básicas en la vida: nada es lo que aparenta a primera vista. Una de las que queremos compartir con ustedes es la de Mia Kang, una modelo que decidió dejar las pasarelas en segundo plano para dedicarse a entrenar en las místicas y poderosas artes del Muay Thai.
Cuando era niña, Kang sufría varios tipos de abuso por parte de los chicos de su escuela, desarrollando así un desorden alimenticio cuando apenas tenía 13 años de edad, que después se convirtió en anorexia. Tiempo después tuvo que luchar contra esos demonios para así seguir los caminos que había decidido tomar en su vida; por un lado tenía su carrera como modelo y por el otro, persiguiendo un posgrado en Filosofía y Economía.
La capacidad de viajar por el mundo le abrió muchas puertas que al mismo tiempo, tenían muchos caminos. Fue así como visitó Tailandia y encontró ahí una nueva pasión. Desde que comenzó su entrenamiento, ella pudo notar que no sólo estaba descubriendo un nuevo aspecto de su físico cuya existencia no conocía, sino que su mente también se ejercito y la hizo fuerte.
He crecido mucho, he ganado músculos y tengo mayor definición; hasta tengo abdominales. Puedo hacer cosas con mi cuerpo que nunca imaginé que podría hacer en términos de condición y atletismo.
Al progresar y desarrollarme dentro de este deporte, he decidido abrazar todos los cambios que ha experimentado mi cuerpo y darles la bienvenida. El amor propio y la apreciación que he aprendido a tener gracias al Muay Thai junto con lo que hago para Sports Illustrated, me han dado muchísima confianza.
Ahora mismo esta mujer está tratando de crear su propia misión en la vida y, por lo que parece, esta incluye patear muchos traseros mientras forja su cuerpo y mente. Esperemos que encuentre mucho éxito en su camino.