Mientras que en este lado del mundo el carbón es símbolo del desprecio que Santa Claus siente por el prójimo, en otras latitudes es la recompensa a dejar de incrementar el volumen de la papada.
Así lo ejemplifica el caso de una enfermera de Siberia, quien luego de enterarse que el gobernador de Kemerovo, Aman Tuleyev, comenzaría a premiar con toneladas de carbón a las personas que perdieran peso, pues no lo pensó mucho y comenzó a bajarle a las flautovichs.
Según declaró la enfermera a la TV local, para hacerse más que merecedora del preciado mineral negro perdió 32 kilos a base de darle duro a la bicicleta durante varios meses. Yelena Salnikova, nombre de nuestra heroína, también practicó patinaje y así pudo pasar de 112 a 80 saludables kilos. El esfuerzo le redituó en cerca de 5 toneladas, ya que Tuleyev prometió 1.5 toneladas de carbón por cada 10 kilos que perdieran.
Aunque para nosotros el carbón no sería un buen motivador, para los rusos es oro puro: en Kemerovo (región de donde es Yelena), los inviernos son extremadamente fríos: hace unos cuantos días llegaron a 5 grados Celsius de temperatura… un clima “cálido” y muy inusual para la época del año.
“Esto me ahorrará hasta 8 mil rublos si hace más de 30 grados centígrados bajo cero, y seguro que dura al menos la mitad del invierno”, comentó la emocionada ganadora.
Además de significarle un aliviane monetario, la pérdida de peso también le dará una mejor calidad de vida a la enfermera: “tenía insomnio, dolores de cabeza, apenas podía subir las escaleras al cuarto piso”.
Al ver realidad esto que parecía una broma del gobernador, mucha gente se ha entusiasmado y afirma que le entrará al reto. Viendo la respuesta de la gente, un portavoz del gobierno de Kemerovo anunció que “Adelgazar por Carbón” (nombre del proyecto) se convertirá en un programa de TV, el cual se comenzará a emitir en enero.
Rusas (y rusos) con buen cuerpo y entretenimiento en TV, ¿qué más quieren?