Mucho se ha hablado de muros en los últimos meses, pero desde mucho antes se ha hablado “del mexicano”. Ese que dicen es flojo, irresponsable y cosas peores.
¿Es cierto esto? Claro que no, nada de eso nos define en lo más mínimo, pero esas palabras, esos clichés y demás, hacen que construyamos muros más peligrosos.
Los muros mentales los ponemos nosotros mismos y son los más difíciles de derribar, pero una vez que estén abajo, nada nos puede detener.
Esa gente que critica el éxito de los mexicanos en lugar de celebrarlo, inspirarse y buscar el propio no nos define, somos mejor que eso.
Por suerte, ya hay toda una generación de mexicanos que hace caso omiso de la mala vibra que los mexicanos nos tiramos unos a otros y sin importar lo que puedan decir, la están rompiendo en sus respectivos campos.
¿Isaac Hernández, el Primer Bailarín del Ballet Nacional de Holanda, se detuvo cuando se burlaban de él? ¿Creen que Chumel tendría un programa en HBO si le creyera a los trolls de YouTube? ¿Diego Luna habría triunfado en lo más alto de Hollywood si en lugar de esforzarse se la hubiera pasado tirándole a otros mexicanos?
Claro que no, sus murallas mentales cayeron, ellos eligen hasta donde ellos quieran llegar.
Todos podemos y debemos de hacer lo mismo. Vivir sin límites en nuestra mente: