¿Cuántas veces han escuchado eso de que “en el pedir está el dar”? Pues bien, algo tiene que ver eso en esto… o quizás sí haya alguna trampa. Si la hay, avisen, porque no la encontramos. Bueno, siempre está la duda de si la mujer que organiza este concurso se quedará con todo el dinero de inscripción y a la mera hora no dé nada. Pero suponiendo que es honesta, entonces sí, vamos a decir que sólo basta con ser el mejor en pedir, para ser elegido y recibir.
De acuerdo, hasta ahora hemos divagado mucho. El asunto es el siguiente: Norma Burns es una mujer de no muchos años, pero sí los suficientes como para ya no querer hacerse cargo de su amada granja de 5 hectáreas, ubicada en Carolina del Norte, Estados Unidos. Así que, en lugar de abandonarla a su suerte, planea regalársela a la pareja que mejor explique por qué debería tenerla…
La mujer no quiere choros interminables: todo resumido en un ensayo de 200 palabras. Ahhh y su CV. Es todo.
“La primera persona que se enteró del concurso llamó y preguntó: ¿esto es verdad?’”, recuerda la venerable señora. (Lo ven, es demasiado bueno para ser cierto).
El concurso que tuvo a bien llamar “A Gift Of Good Land” tiene como meta dar la propiedad a una pareja comprometida con la vida de granja. A personas que quieran iniciar una, pero que no pueden darse el lujo de comprarla… al menos no tan bien equipada como la de esta doñita: con granero, estanque, gallinero, invernadero, tractores… y un gato. Todo valorado en 450 mil dólares.
Ahhh… y por si fuera poco, el ganador se llevará la granja, MÁS la cantidad de 50 mil dólares, para iniciar con el negocio.
¿Y la mujer qué gana? Absolutamente nada. Sólo la tranquilidad de dejar la granja en la que trabajó por 18 años en buenas manos. Es más, ni siquiera tendrán que cuidarla o algo por el estilo: ella se irá a pasar sus últimos días a una comunidad de jubilados, ubicada en Chapel Hill, Carolina del Norte.
¿Qué tal? Bueno, pues sólo tienen que llenar el formulario, mandar su CV y ensayo… y pagar una cuota de inscripción de 300 dólares. Ahhh, ahí es dónde puede estar el truco. Pero confíen en su capacidad de convencimiento a través de la palabra escrita.
La fecha límite es el 1 de junio.