En las últimas horas ha circulado la noticia de que los dueños de Krispy Kreme tienen nexo con los nazis. Sin embargo, es importante dar algunos detalles al respecto, como lo que ocurrió en el pasado y cómo fue que se llegó a tal aseveración.
Los Reinmann son una de las familias más adineradas en Alemania. Actualmente ellos tienen la mayoría de las acciones en JAB Holdings, empresa que en mayo de 2016 adquirió a Krispy Kreme Doughnuts Inc. por $1.35 billones de dólares.
La cadena de Krispy Kreme fue fundada por Vernon Rudolph, un cocinero que trabajó con su tío en una panadería en Kentucky. Posteriormente se abrió una sucursal en Carolina del Norte y para 1946 se expandió a otros estados de Estados Unidos.
En 1973 Vernon Rudolph falleció y para ese entonces la cadena de Krispy Kreme contaba con 94 locales propios y 25 en régimen de franquicia. Entonces los herederos vendieron en grupo a Beatrice Foods Co. en 1975. El grupo continuó creciendo hasta que finalmente el consorcio fue adquirido por nuevos propietarios que apostaron a la venta al mercado mayorista. Después llegaron los Reinmann para obtener la mayoría de las acciones a través del conglomerado alemán.
Por consiguiente es importante resaltar que los Reinmann no son los fundadores de la empresa de donas, pero actualmente poseen tanto esta compañía como Caribou Coffee y Peet’s Coffee & Tea, ambas ubicadas en Estados Unidos.
Ahora bien, la relación de los Reinmann con los nazis se descubrió luego de que la familia le pidiera a un historiador que indagara en los archivos de la empresa para revisar sus actividades durante los 12 años del Tercer Reich.
Las primeras revelaciones de la investigación datan de hace 54 años luego de la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo a la información proporcionada por un portavoz de la familia, Albert Reinmann, quien murió en 1954, y Albert Reinmann hijo, que murió en 1984, usaron durante la guerra a prisioneros civiles rusos y franceses para trabajos forzados en la fábrica, pero también, eran antisemitas y reconocidos simpatizantes de Adolf Hitler.
Además, la investigación también encontró una donación de Reinmann a la fuerza paramilitar de Hitler en 1931 y no solo eso, sino también una carta a un alcalde local quejándose de que los prisioneros de guerra franceses no estaban trabajando lo suficiente y deberían estar en prisión.
“Reinmann padre y Reinmann hijo eran culpables. Los dos hombres de negocios ya fallecieron, pero en realidad deberían estar en la cárcel”, comentó Peter Haft, presidente y no de los socios gentes de JAB Holdings. Por su parte la familia Reinmann dijo lo siguiente: “Quedamos avergonzados y muy pálidos. No hay nada que ocultar. Esos crímenes son asquerosos”.