Muchas personas podrían decir que su tierno cachorrito, se volvió un verdadero demonio entre los 5 y 12 meses de edad, presentando problemas de comportamiento, crisis existenciales, trastornos de sueño e incluso un poco de rebeldía, pero el misterio ha sido resuelto. Un estudio científico revela que los perros también pasan por dificultades emocionales durante la pubertad, justo igual que como les pasa a los humanos adolescentes.
Aunque se espera que la adolescencia de un cachorro se dé entre los seis meses y año y medio de edad, cada cachorro es diferente, presentando la pubertad meses más tarde, sin embargo, un grupo de investigadores liderado por la Dra. Rebecca Somerville, profesora del Colegio de Veterinaria, Ciencia y Medicina de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, descubrieron una relación fascinante entre la pubertad en los tiernos peludos, el tipo de apego que muestra hacia su dueño y la edad en que pueden sentirse incomprendidos por el mundo.
Las investigadoras descubrieron que los perros que tienen una relación inestable o aún no afianzada con sus dueños, son los que tienen mayor probabilidad de mostrar un comportamiento conflictivo a edad temprana. Esta es precisamente la etapa donde los humanos les ordenan sentarse y los peludos se paran, quieren llevarlos a pasear y los lanudos se niegan, e incluso, de acuerdo con la evidencia, los cachorros llegan a sufrir una crisis existencial, por no sentirse seguros en el núcleo familiar.
De tal forma, que si tu perr-hijo está en la ‘edad de la punzada’, muestra comportamientos desafiantes como jugar, en lugar de seguir las órdenes que le diste, de acuerdo con la Dra. Lucy Asher, coautora de la investigación en la Universidad de Newcastle, esto significa que en realidad, no se siente con la suficiente confianza como para asegurar que entre tú y él, los une un vínculo inseparable. Tal como lo haría cualquier adolescente, tratando de llamar la atención de sus padres.
El estudio, publicado en la revista británica de rigor científico, ‘Royal Society’, asegura que la adolescencia tanto en humanos, como en animales, es un largo período de cambio durante el cual, partes del cerebro inmaduro, se remodelan en un cerebro adulto.
Durante este tiempo, la remodelación de nuestros circuitos neuronales son impulsadas nada más y nada menos que por las terribles cambios hormonales que impactan directamente en el comportamiento. Y en los perros, la falta de una relación estrecha con sus dueños, puede influir hasta en la reproducción.
Para ver exactamente cómo la pubertad cambia el comportamiento de los canes, Asher y su equipo siguieron la actividad de 70 perros entre pastores alemanas, golden retrievers y labradores criados como perros guía. Pidieron a los cuidadores que calificaran a los cachorros por su comportamiento de apego y búsqueda de atención; con parámetros como sentarse muy cerca de su dueño o mostrar un vínculo particularmente fuerte para una persona, así como en comportamientos relacionados con la separación.
Los perros con puntuaciones más altas en cualquier escala ingresaron a la pubertad antes, aproximadamente a los cinco meses, en comparación con ocho meses para aquellos con más bajas. Confirmando que al igual que los humanos, si los adolescentes tienen una relación conflictiva con sus dueños, en respuesta, mostrarán un comportamiento conflictivo hacia sus padres.
Además, descubrieron que el juego es un tipo de apoyo para asociaciones análogas en perros adolescentes basados en el comportamiento, el cual está asociado con el tiempo reproductivo. Las científicas notaron una incidencia entre las perras que carecieron de apegos antes de la adolescencia, sufriendo problemas de reproducción.
“En general, los adolescentes que tienen una relación menos segura con sus padres son los que tienen más probabilidades de mostrar un comportamiento conflictivo hacia sus padres”, dijo Asher a The Guardian, añadiendo que “Ese es el mismo hallazgo que tenemos [entre los perros adolescentes y sus cuidadores]. Los perros que tienen relaciones tensas con sus cuidadores ven cambios en su desarrollo reproductivo”.
Esta, es la primera evidencia científica que se hace al respecto, llegando a la conclusión de que el juego tiene un rol importante entre los peludos, lo que les ayuda a desarrollar habilidades motoras y cohesión social, sin embargo, detectaron que el comportamiento juguetón, no siempre es un indicador de bienestar confiable ni generalizable para ellos.
Así que ya sabes, antes de que tu mascota se convierta en una reina del drama, lo único que tienes que hacer es afianzar la relación, darle un poco de espacio, al mismo tiempo que le brindas un poco de cariño. La buena noticia, es que la pubertad en las mascotas es tan solo temporal, siendo una fase más en su desarrollo, sin embargo, ten en cuenta que de esto dependerá la clase de relación que tengan en un futuro.
Las investigadoras esperan que estos hallazgos ayuden a los propietarios comprender mejor a sus perr-hijos, a fortalecer la relación, que como cualquier adolescente busca ser comprendido. Pues aseguran, que existe una tendencia en aumento sobre la cantidad de perros que terminan en refugios cuando los animales llegan a la pubertad.