No es de nadie sorpresa que Suiza esté en constante renovación para cuidar la calidad de vida de su gente y la calidad de su medio ambiente. Como una medida más para ayudar a combatir la contaminación, los ciudadanos de ese país votaron para que el desarrollo de la bicicleta -y todo lo que implica- formara parte de la Constitución y con ello, se hiciera de este medio de transporte algo esencial.
La inclusión de la bicicleta a la Constitución implicaría que, desde ahora, el gobierno suizo está comprometido a ayudar y apoyar iniciativas para incrementar la seguridad de los ciclistas así como de fomentar las medidas tomadas por las organizaciones que lo soliciten.
En un inicio, organizaciones en pro del uso de la bicicleta como Pro Velo, fueron quienes pusieron las demandas sobre la mesa para exigir al gobierno que este medio de transporte no fuera olvidado, sin embargo, en una contrapropuesta presentada por el Estado, se comprometieron a apoyar sin que esto implicara que fuera su obligación crear medidas para la creación de redes o senderos.
Como sea, esto significa un gran avance para el uso de la bicicleta en Suiza, donde, según SwissInfo, existen en circulación casi cuatro millones de bicicletas y las ventas de las mismas han incrementado en los últimos años, siendo que en 2017, se vendieron cerca de 330 mil unidades, 4.7 por ciento más que 2016.
Aunque la participación ciudadana fue muy baja (solo participó un 37.1 por ciento de la población), fue más de la mitad de los votantes la que tomó una decisión histórica para el país, algo que recuerda a lo sucedido en 1979, cuando se votó para introducir el senderismo en la Carta Magna, lo que condujo al gobierno a poner especial atención en el desarrollo de caminos y paseos de montaña.