Esta es la historia de un hombre muy inteligente (ahora desempleado) que decidió emplear a alguien más para hacer su trabajo mientras éste se rascaba la panza en el trabajo. La idea del empleado en cuestión le hizo ganar cientos de miles de dólares y hacerse de un lugar entre los mejores empleados de su compañía mientras pasaba ocho horas diarias sin hacer nada. ¡Que alguien le haga una estatua!
El outsourcing es una manera de contratar a alguien fuera de tu país para que haga tu trabajo cobrando una mínima parte de lo que le pagarías a alguien en tu país. Esta forma de emplear gente ha sido criticada a lo largo y ancho del planeta debido a que representa una manera injusta de aprovecharse de la situación económica de otros países para hacer más dinero; sin embargo, la idea de un sólo hombre que decidió hacerse outsourcing a sí mismo brilla por su originalidad.
“Bob” como se identifica al sujeto involucrado, decidió que era justo contratar a una pequeña empresa china para que le hicieran el trabajo diario por una fracción de su salario.
Durante los meses que le siguieron, Bob pasaba el día revisando su correo, sus diferentes redes sociales y haciendo “horas nalga” mientras sus supervisores lo premiaban por el “excelente trabajo” que hacía día con día. Lo que no sabían ellos era que era un grupo de chinos quienes le hacían sus tareas diarias.
En un momento de lucidez, Bob decidió redondear su salario al hacerse de otros encargos independientes para los que también contrató a empleados en China con el fin de que hicieran su trabajo por él. Durante ese tiempo, Bob ganó cientos de miles de dólares.
A los pocos meses, el equipo de técnicos de la compañía donde Bob “trabajaba” notaron que alguien en China había intentado entrar a su sistema en repetidas ocasiones, por lo que después de una investigación profunda, se descubrió el plan de este hombre. Bob fue despedido al poco tiempo.
En la vida laboral creemos que esos espasmos de flojera que nos dominan durante las largas jornadas de trabajo son nocivas, pero hay ocasiones en la que la pereza alcanza niveles insospechados que pueden, después de todo, ser muy lucrativos.