Una cosa es admirar mucho a un artista y alguna de sus obras y otra, muy distinta, es agarrar pedacitos de esa gran obra y “convertirlos” en un intento de algo más (no lo decimos por ti Lana, ¿o sí?) Y entendemos que algunas veces pueden ser una mera coincidencia pero a veces, sólo a veces, no lo es.

Esa es la explicación por la cual hay canciones que te pueden recordar algunos éxitos un poquito más viejos. Y acá, y sólo porque el tema de Lana del Rey y “Creep” de Radiohead anda on fire, te presentamos las demandas más famosas de la historia de la música:

“Sweet Little Sixteen” contra “Surfin U.S.A.”

Esta es una de las canciones plagiadas más populares porque el parecido es innegable. Punto. En 1957, Chuck Berry creó este éxito que puso a bailar a todos para que unos 6 años después, llegara los Beach Boys con su encanto californiano y su éxito “Surfin U.S.A” que inmediatamente causó la molestia de Chuck.

Al final, el manager de los Beach accedió a darle a la disquera de Berry los derechos de la canción. El nombre de Chuck apareció en los créditos hasta 1966.

“He’s so Fine” contra “My Sweet Lord”

Quizá esta nos duela un poco más porque se trata del George Harrison del lado oscuro en la demanda. En 1970 salió su más grande éxito, “My Sweet Lord”, canción que lo convirtió en el primer beatle en lograr un número uno en una lista de Billboard. Sin embargo, el encantó no duró para siempre cuando descubrieron que se parecía mucho a “He’s so Fine” de The Chiffons de 1962.

Harrison, como buen músico, admitió que la canción estaba inspirada pero no en la de Mack, sino en el himno gospel “Oh, Happy Day”; sin embargo, también admitió que se parecía a la otra canción. ¿Venganza? Sí, The Chiffons hizo un cover de “My Sweet Lord” para que a la gente no se les olvidara el caso. La demanda termino en que George Harrison había hecho plagio de forma “inconsciente”.

“Under Pressure” contra “Ice Ice Baby”

Esta demanda fue una grosería porque prácticamente Vanilla Ice agarró “Under Pressure”, la canción de Queen y David Bowie, y se la puso a su hit wonder de 1989. La otra majadería en esta historia es que Vanilla insistió durante mucho tiempo en que “nada que ver” porque él, como músico, le había metido un beat distinto entre la melodía que la hacía totalmente diferente.

Los resultados no tenían que ser groseros y Vanilla tuvo que pagar cierta cantidad de dinero además de poner en los créditos a los autores. Meh. ¿Se pudo borrar esa canción de la faz de la Tierra? No. ¿La siguen escuchando muchas personas? Sí.

“Pretty Woman” contra “Pretty Woman”

What?! Hasta el título es igual. Claramente, 2 Live Crew se pasó de copión con Roy Orbison y 25 años de diferencia “creativa” (entre comillas por Live Crew, obvio). Este caso es muy similar al de arriba; sin embargo, los resultados fueron catastróficos para el mundo de la música y para los autores.

La cosa terminó en que no era un plagio como tal cuando 2 Live Crew fueron liberados de cualquier cargo porque su “Pretty Woman” es una parodia más que una canción. Y así le siguieron con “Born in the U.S.A.” y su parodia titulada “Banned in the U.S.A.”.

“Bitter Sweet Symphony” contra “The Last Time”

Ninguna persona que haya vivido en los 90 (1997) puede negar sobre la canción más famosa de The Verve. La otra parte está en que ninguna persona que haya vivido en los 60, se perdió de “The Last Time” de The Rolling Stones. Y aquí está el secreto: la letra es distinta pero la música no. Además, la que aplicó The Verve fue la versión instrumental de esta canción grabada en 1965 por The Andrew Oldham Orchestra.

Hicieron un arreglo en el que quedaron 50/50. Sin embargo, y de acuerdo a lo que dijo el bajista de The Verve, como Keith Richards y Mick Jagger vieron que era muy exitosa, quisieron el 100. Luego, el mismo Oldham demandó a la banda por una cantidad millonaria por las regalías. Esta historia podría separarse de las demás por el simple hecho de que The Verve perdió totalmente la autoría de la canción hasta llegar al punto en que “Bitter Sweet Symphony” fue nominada a un Grammy para Richards y Jagger

Cabe mencionar, que esta situación tuvo un final feliz en el 2019, ya que en las propias palabras de Ashcroft, The Rolling Stones decidieron devolver voluntariamente los créditos de autoría de “Bitter Sweet Symphony” a su legítimo autor, en un acto “verdaderamente amable y magnánimo de su parte”.

“Got to Give it Up” contra “Blurred Lines”

¿Qué otra canción de Robin Thicke puede ser nombrada en cualquier lista de cualquier tema? Pues sí, nada más “Blurred Lines” del 2013. Los familiares de Marvin Gaye escucharon esta canción y se dieron cuenta de la indiscutible verdad: suena al éxito de 1977 “Got to Give it Up”. Y la demanda no sólo le tocó a Thicke, sino también a Pharrell, T.I. y todos los involucrados. ¿Veredicto? Pharrell y Robin le tenían que pagar más de cinco millones de dólares a la familia y el 50 por ciento de las regalías.

La cosa es que la defensa se basó en que la base de la canción no era parecida y el problema llegó cuando comenzaron a producirla. La demanda, en realidad, estuvo basada en que “Blurred Lines” traía toda la onda de Gaye y esto, aunque no lo creamos, viene incluido en los copyrights de las canciones.

 

“If I Could Fly” contra “Viva la Vida”

Otra ¿coincidencia? Acá la pelea legal fue entre el guitarrista estadounidense, Joe Satriani, y Chris Martin, debido a la coincidencia en ambas canciones –aunque la de Satriani suena igual al coro de Coldplay solo por unos segundos–. Esta demanda se remonta al 2008 y fue muy sonada por los medios debido a la similitud entre ambas canciones. Cabe mencionar que la obra de Satriani data del 2004, mientras que “Viva la Vida” llegó cuatro años después.

Lo bueno –o malo para algunos fans– fue que esta demanda llegó a un acuerdo mutuo por parte de ambos artistas, pues se dice que Coldplay pagó una suma de dinero al guitarrista para no darle crédito en la autoría de esta canción. Al menos es lo que se puede interpretar en el documento oficial (aquí lo puedes ver) ya que «upon stipulation», quiere decir que las partes han alcanzado un acuerdo fuera de los tribunales.

Los casos de plagio son complicados. Muchas veces, cuando algunas bandas o músicos deben poner en los créditos el nombre del autor original (con justa razón), nos enfrentamos a una pena enorme que pocas veces notamos: esos autores creativos se ven obligados a estar relacionados musicalmente hablando con artistas sin que ellos hayan tomado la decisión.

Para que nos entiendan, Bowie y Queen, por siempre y para siempre, estarán relacionados con una persona cero musical como Vanilla Ice por una canción que nada tiene que ver con “Under Pressure”.

La otra cara de la moneda es la que estableció Pharrell cuando perdió la demanda en contra de la familia de Gaye: ¿también es plagio inspirarse en la canción de alguien más?

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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