¡Antitendencias Sonoras está de regreso! Espacio dedicado a la difusión de proyectos musicales que por su estética no es muy fácil que escuchemos en los principales medios de comunicación o que los encontremos en los carteles de los festivales más representativos de nuestro país, pero que afortunadamente nuestro querido internet cobija en espera de nuestros oídos.

Mucho tiempo dejamos esta columna a un lado y no tengo otra forma de celebrar mi entusiasmo que con una recomendación de mi audioteca. Hoy hablaré de Bing & Ruth, un maravilloso proyecto que logra tocar fibras sensibles a través de su música. Si tuviera que describir en una sola palabra la genialidad de este proyecto quedaría enmarcada en: sincera.

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Bing & Ruth

Proyecto liderado por el pianista y compositor David Moore, originario de Kansas que actualmente radica en Brooklyn. La música ha sido su pasión por casi toda la vida. A los 21 años los conservatorios e instituciones lo llevaron a Nueva York donde decidió establecerse y dedicarse de lleno a la composición.

Hasta la fecha David Moore ha llevado en paralelo múltiples proyectos como Pepper Johnson, The Pilledrivers, Emar Diem y Bing & Ruth -además de sus trabajos en piano donde firma bajo su nombre-. En cada uno ha explorado formas distintas como compositor. Yo he querido enfocarme en su proyecto como Bing & Ruth porque en este recientemente ha publicado uno de los álbumes más espléndidos que he encontrado en toda mi vida -puede que sea un clavado o todo un fan pero realmente es una belleza-.

Hasta la fecha en Bing & Ruth ha publicado 2 álbumes de estudio y 2 EPs, y con esto ha sido suficiente para posicionarlo como uno de los músicos contemporáneos más prometedores. En muchas ocasiones ha sido comparado con músicos de gran renombre como Steve Reich, Brian Eno y Terry Riley. En múltiples entrevistas ha confesado que estos músicos han sido influyentes en su vida como músico pero que a la hora de tomar su papel como compositor sólo piensa en comunicarse de la manera más natural y sincera posible.

 

 

Inspirado en la música de soundtracks ha creado un lenguaje que a través de la instrumentación nos permite percibir múltiples estados de ánimo, paisajes, sensaciones, recuerdos y añoranzas.

Su música gira en torno a cierta composición minimalista con algunas expresiones repentinas de noise, ambient y drone. Él se establece en el piano pero también ha compuesto los acompañamientos que terminan por englobar el cuerpo general de su música.

El año pasado entregó Tomorrow Was The Golden Age -el álbum del cual tanto me emocioné-. En este se reunió con una pequeña orquesta de 10 instrumentistas que hoy en día sólo han quedado 7 -quienes lo acompañan en sus diversas presentaciones en vivo-. Este álbum es un ejemplo de una composición clara y bien pensada, además de un tanto obsesiva por lograr un sonido íntimo, cosa que indudablemente logró. El álbum nos permite estar en un estado sumamente contemplativo, es un álbum que sin lugar a duda necesita escucharse con mucha atención ya que si no uno pierde el hilo conductor terminará diciendo que es “música de fondo”; realmente es mucho más complejo de lo que uno percibe a primera escucha, son de esos álbumes que en cada reproducción encontramos un elemento nuevo. El piano es el actor principal; sin embargo, el papel de los clarinetes, el cello y los bajos son totalmente fundamentales, existe una danza onírica entre ellos y por momentos emergen de la superficie por encima del piano como pequeñas tildes que embellecen sus ‘palabras’.

A continuación dejaré por completo su álbum Tomorrow Was The Golden Age, si pudieran dedicar el tiempo de escucharlo por completo -más allá de agradecérselo- estoy seguro que les permitirá desconectarse del caótico mundo que por momentos se nos cruza en frente.

Música sublime y difusa, como rayos del sol chocando sobre la superficie del agua.

 

 

T: @hreveh

 

 

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