El pasado viernes, la explanada de la Alhóndiga de Granaditas –dentro del marco del Festival Cervantino- fue el escenario de una instalación audiovisual montada por uno de los proyectos de creatividad tecnológica y musical más vanguardista y reconocida a nivel mundial: MUTEK.

Takami Nakamoto & Sébastien Benoits

Un show ecléctico y vibrante, donde los dos artistas se plantan uno a cada lado del escenario y en el que su único vínculo es una alineación luminosa de barras eléctricas.

32 lámparas de LED púrpura y luces estroboscópicas perfectamente sincronizadas con las variaciones ordenadas por los beats y sonidos disparados por Nakamoto hacían increíbles explosiones que se complementaban como acentos a la batería de Benoits.

Este dúo franco-japonés monta una presentación envolvente, en ocasiones violenta, lanzando intermitentes sonidos que oscilan entre el hard rock y cyber punk, matizados por texturas ambientales que pusieron a vibrar al público a pesar de que la lluvia no cesó durante todo el evento.

Reflections es un acto en vivo de música electrónica post-hardcore elevada al concepto de instalación de arte. No sólo cayó como anillo al dedo a la temática del festival de este año: “El arte de la ciencia y la ciencia del arte”, sino que engloba y acentúa la fusión irreversible entre la tecnología y la música. ‘Hombre percusión’ y ‘hombre sintetizador’, asociados para el deleite audiovisual del escucha ávido de nuevas tendencias y emociones.

El clima no logró eclipsar ni diluir al público que ocupaba la explanada y las escalinatas del recinto, por el contrario, le brindó a la noche una atmósfera ad hoc para lo que venía a continuación.

MUTEK 9

Mutek 8

MUTEK 6

MUTEK 5

MUTEK 4

Nosaj Thing.

El DJ y productor californiano fue el encargado de cerrar la noche, llenando el escenario con nubes de humo con colores radiactivos y hip-hop minimalista onírico.

El tratamiento del live act de Thing es preciso, los knobs y pads de sus controladores son una extensión de sus movimientos corporales, capas sobrepuestas de texturas auditivas manipuladas de manera casi atómica; nano beats y notas atómicas, perfectamente acompañados por la neblina iluminada que llenó el stage de magia y misticismo.

Un show breve (una hora) pero contundente y suficiente para demostrar que la relación ‘humano-máquina’ es una unión armónica y complementaria cuyos beneficios abren un panorama infinito de posibilidades dentro de la industria artística, y un espacio que invita no sólo a la reflexión de hasta dónde ha llegado capacidad creativa del ser humano sino a la búsqueda de nuevos terrenos inexplorados en la disciplina de la música, el arte y ciencia.

MUTEK 7

MUTEK 2

RESEÑA: Jorge Cabrera

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