Lo que necesitas saber:
La banda mexicana Beta lanzó su nuevo disco 'A la Mitad', y te contamos 5 claves para entrarle.
En A La Mitad, Beta entra a una nueva etapa creativa donde la vulnerabilidad ya no es un riesgo, sino un punto de partida. Beta se reencuentra con su propia esencia emocional, apostando por un sonido que equilibra madurez, introspección y un impulso brutal que te atrapa desde la primera escucha. Es un disco que llega después de años de cambios en su alineación, y que ahora los muestra más seguros de su identidad.
Musicalmente, la banda afina la mezcla entre rock alternativo, pop atmosférico y un toque nostálgico que se asienta en guitarras expansivas y letras que buscan sanar algo roto. A La Mitad consolida la evolución de Beta, y los posiciona como una de las bandas mexas contemporáneas que traen mensaje en español y musicalidad en una rara combinación que triunfa en su nuevo álbum.
Una narrativa desde la fractura emocional
Las letras del disco giran alrededor de una ruptura: con una persona, con una etapa de vida o con una versión pasada de uno mismo. Beta escribe desde la mitad del camino, donde no hay certezas, pero sí un impulso por avanzar. Las canciones funcionan como capítulos donde cada emoción, la duda, el duelo, el duelo, la aceptación, encuentra un espacio propio.
A la Mitad resuena de manera universal, con potencia pero exponiéndote las ideas sobre no encontrarse y ofrecen esperanza por momentos. Lo más honesto que da Beta son sentimientos encontrados, como en “Tragiconfundido”, en dónde Blas reconoce que vive confundido, pero todos los caminos van al mismo lugar.
Se agradece que no caen en lugares comunes: el amor exagerado o el desamor melancólico. Las palabras suenan naturales para una banda de rock que se expresa bien sobre lo ambigua que es la vida: no estar del todo bien, pero tampoco totalmente perdido.
Las influencias de Beta que destacan su personalidad sonora
Beta se echa un recorrido por sus influencias en este disco, pero para generar un sonido propio y sólido. Escuchamos cosas clásicas, como los riffs Zeppelinescos, algunos efectos y el bajo potente de Muse, y vocalmente, la infuencia de Mike Kerr en Royal Blood es fundamental.
El disco refleja una banda que ya no necesita demostrar fuerza a través de la estridencia y no teme a bajarle o a incorporar elementos menos rockeros por el bien de las rolas. Hay un equilibrio entre energía y calma, entre sus raíces de rock alternativo y una inclinación cada vez más marcada hacia estructuras pop rock que se sienten naturales.
Este refinamiento es el resultado de años puliendo un sonido propio. A la Mitad se siente como un paso lógico, pero en el que Beta entiende que crecer significa cambiar, y aquí lo hacen sin sacrificar la esencia emocional, como lo ponen ellos mismos en el comunicado: “Lo que están por escuchar, son canciones que nos emocionan y que nos identifican como banda”.
La producción impecable: limpia, expansiva y emocional
La producción estuvo a cargo de Milo Froideval y lo grabaron en Sonic Ranch. Una de las grandes virtudes del disco está en este elemento, cada instrumento de Beta ocupa un lugar preciso, permitiendo que las canciones se expandan y no te abrumen. El bajo suele guiar y sostener las rolas, las guitarras brillan sin opacar la voz, y es admirable cómo es que parece que tienes la batería frente a ti. Es un disco pulidísimo.
No es un disco saturado ni sobreproducido. Al contrario, hay mucha claridad en la idea de Beta y Milo, con la que está construido permite que cada tema funcione bien pero sorprenda, desde lo más íntimo hasta coros de rock de estadio.
Un enfoque en la voz que la vuelve un instrumento energizante
A diferencia de discos pasados de Beta, con una aproximación más equilibrada entre los elementos, en este la voz se convierte en un instrumento emocional que tiene mucho más trabajo. Sin dramatismos, y hasta apuestas por hacerlo más digerible, Blas entrega una interpretación honesta que transmite cansancio, esperanza, resignación y hasta un hartazgo leve.
Esa sinceridad se siente también en los coros y armonías. Todo está diseñado para que la emoción principal llegue sin filtros, como si te contaran algún cuate directo lo que siente. Un gran acierto son los efectos ligeros que tiene la voz, algún reverb o eco leve que ayuda a Beta a transmitirte efectivamente lo que buscan.
Canciones destacadas de ‘A la Mitad’
Aunque es un disco muy sólido de principio a fin, y las rolas están colocadas para tener dinámica entre intensidad, calma y hasta momentos que tienen guiños a géneros más allá del rock clásico, te dejamos las rolas indispensables.
“A La Mitad” es el punto de salida y corazón conceptual del álbum: melancólica, directa y con un hook emocional que resume todo lo que el disco quiere decir. “Círculos y Espirales” Beta muestra líneas de bajo asombrosas y una capacidad para cambiar la dinámica de las rolas que nos mantiene con muchísima energía. La producción es una locura, con muchísimos elementos conviviendo y la voz como guía de una estampida sonora. El ciclo de la vida, las idas y regresos, y la mortalidad son el motivo de este rolón que tenemos en loop.
Como un espíritu más cercano al guitar rock que los vio nacer nos encontramos con “Gracias por Nada”. Un golpe de energía muy bien colocado que les agradecemos y que será de las mejores rolas en vivo con ese coro riffsoso.
“Mala Suerte”, con DLD es de las más vulnerables del tracklist; una rola optimista en la que la voz de Blas habla sobre pensar en tener mala suerte y quizás no acertar todo el tiempo en lo que hacemos.
Beta estará en el Vive Latino 2026 (te dejamos toda la info acá) y no podemos esperar a verlos estrenar este disco en vivo y en directo, como uno de los actos que esperamos escalen de escenarios y horario en la historia futura del festival.
