Desde el segundo en el que Nick Murphy decidió ser músico, su carrera se ha convertido en una historia (contra todo pronóstico como él mismo lo dice) llena de éxitos y buenos momentos. A partir del cover que le hizo a “No Diggity” de Blackstreet en el 2011, el cual se volvió viral, su vida tomaría un camino inesperado llamado Chet Faker.
Bajo ese nombre, el productor australiano lanzaría su primer EP Thinking in Textures en el 2012, uno más en el 2013 llamado Lowjack con la colaboración de Flume, su primer LP Built on Glass en el 2014 y un año más tarde su tercer EP Work, lo último que vería este alias en su historia. Unos meses después, llegaría el 8 de septiembre del 2016, día en el que Nick Murphy decidió cambiar el rumbo de su carrera para siempre.
A través del un comunicando, Nicholas enterraría a Chet Faker para siempre resurgiendo simultáneamente bajo su propio nombre: “Ha pasado media década desde que comencé a lanzar música como Chet Faker y todos ustedes han sido la fuerza impulsora detrás de la música desde entonces. Hay una evolución y quería que supieran a dónde va. El próximo disco estará bajo mi nombre propio, Nick Murphy. Chet Faker siempre será parte de la música. Esto es lo siguiente”.
En consecuencia, Nick Murphy entró en una transición muy personal de 5 años que terminaría en el primer álbum bajo su nombre Run Fast Sleep Naked. Ahora, podría empezar una explicación de diez mil palabras de lo que fue y es este pequeño y gigantesco cambio sin poderme acercar a la precisión de las palabras de Nicholas Murphy. Es por eso, que mejor les compartimos todo lo que él mismo ha dicho sobre cómo vivió esta transición y por qué la hizo.
En lo que fue la primera explicación sobre su cambio de nombre, a través de una publicación en Facebook escribió: “Muchos de ustedes probablemente se estén preguntando por qué diablos cambié mi nombre. Yo también, a veces. Muchas cosas cambiaron en mi vida, incluyéndome a mí. Aprendí mucho sobre mí mismo. Sentía que necesitaba hacer eso para todos. Así que no estoy luchando contra ideas preconcebidas y todos pueden comenzar la evolución conmigo. Lo único importante es que se siente nuevo e inspirado para mí, y me gustaría pensar que eso también es lo que te importa“.
En cuanto a su sonido, a la música, y a lo que en su interior se sentía correcto hacer, Nick Murphy explicó: “Sentí que debía hacerme cargo de la manera en que las cosas estaban evolucionando. Ahora en vez de preguntarme qué me parece cool, me pregunto qué me gusta. Parece una pequeña diferencia, pero comenzó a abrirme muchas puertas y a derribar paredes musicales. Volví a lo inconsciente, a escuchar cosas extrañas y Afro en vez de pensar en líneas de sintetizadores. Fue inevitable una vez que comencé ha hacer cosas para mí desde casa.”
Mucho de este proceso involucró cuestionarse el motivo por el cuál hace música. En una entrevista para The Feed Murphy comentó: “Tuve que prender a Chet Faker en fuego para estar seguro que sigo haciendo esto por la música“. Chet Faker se ganó un nombre importantísimo en la industria musical a nivel mundial gracias sus increíbles rolas, pero esto no hizo que sintiera dudas cuando tomó la decisión de cambiarse de nombre. “De verdad no hago esto (música) por el reconocimiento. Digo, es genial y en el sentido capitalista, seguro, es un trabajo y lo quiero conservar”.
El miedo de perder seguidores al cambiar tanto su música, nuca fue algo que le quitara el sueño. “En verdad creo que si pierdo mi carrera por la misma mentalidad con la que empecé, entonces no me he equivocado“, dijo Murphy a NYLON. “Al final del día, si puedo seguir inspirado y seguir haciendo la música que quiero hacer, ¿a quién le importa?”. Seamos honestos. Aunque suene al cliché que todos los artistas se repiten, pocos lo llevan acabo. Si Nick Murphy tiene verdaderos fanáticos, lo apoyarán, y si no, ganará otros que amarán su música por lo que es y no por lo que fue.
Esta nota tenía contemplado hacer un análisis musical sobre el proceso de transición musical de Chet Faker a Nick Murphy, pero conforme buscaba encontrar la respuesta a ¿qué cambió?, me di cuenta, y no fue difícil, responder que lo que cambió fue él mismo. Su transición musical no es más que una consecuencia de eso. Algo que muy pocos artistas se atreven a entender y a cambiar, lo cual termina por ahogarlos en lo que alguna vez los hizo felices. El cambio a Nick Murphy no se trata de música sino de humanismo, de verdad y de realismo. No se necesita mucho más que escuchar las cinco primeras palabras de Run Fast Sleep Naked para entenderlo todo: “No estoy hecho de piedra”. A partir de ahí se desenvuelve un disco lleno de emoción, cambio, realidad, verdad y también, muchísima calidad musical que tendremos la fortuna de escuchar en el Corona Capital 2019.