Por: Federico Franco

Si el final de los tiempos (apocalipsis, aniquilación, inicio de secuencia de créditos) fuera una realidad y no sólo el anuncio rutinario de alguna secta: ¿qué le dirías a tu pareja y amigos? El cuarteto londinense plantea que posiblemente salgamos a fingir que la última noche no acabará y disfrutaremos los momentos previos a que baje el telón.

Desde el lanzamiento de su antecesor, Wild World (2016), vaya que han sido tiempos pesimistas. La debacle ambiental, el Brexit, y la crisis migratoria, son algunos temas que se han encargado de llenar los medios de malas noticias.

Mientras tanto, Bastille se ocupó en una gira mundial, lanzaron el cover a “Basket Case” para The Tick (Amazon Prime Video), crearon “World Gone Mad” para Bright (Netflix), y colaboraron con Marshmello para sonar en todos lados con el éxito que fue “Happier” el año pasado.

En este contexto, presentan Doom Days como un catálogo de situaciones a enfrentar si ya no hay un mañana. Posiblemente suena triste, pero de alguna manera, el conjunto pop logra convencernos de que hay cosas por disfrutar aún en esos escenarios.

Foto: Cortesía

La conexión humana que podemos lograr en medio del caos es el sentimiento constante (“Divide” o “The Waves”), ya sea en una fiesta o ante las decisiones que sentimos los políticos toman por nosotros. Bailar a través del desastre en una sensación de abandono, puede llevarnos a salvo al otro lado.

El escapismo en la canción homónima, con todas las preguntas que tenemos en 2019, es el mensaje del álbum condensado, ya que la alternativa a la pérdida de identidad, la confusión por la desinformación y las mentiras digitales, puede encontrarse en salir por la noche a despreocuparnos.

Hay muchos sonidos en homenaje a los noventas, como en “Those Nights” o “Million Pieces”, que añaden al disco más electrónico de Bastille un flashback en pleno 2019. Las letras le dan mucha importancia a nuestra búsqueda por la esperanza y conexión, a pesar de lo que sucede afuera de la puerta.

No sabemos aún de qué tamaño será la cruda dentro de la narrativa del disco, pero sin duda relata lo que fue una gran noche, en la que el hedonismo ante un escenario desesperanzador es válido.

En esos momentos reflexivos en los que nos damos cuenta de las malas decisiones que hemos tomado, Dan habla sobre cómo encontrar belleza en la adversidad, y realmente cuestionar, ¿nos exigimos demasiado o estamos en la misma situación que muchos?

En el equilibrio logrado desde Bad Blood (2013), entre guitarras distorsionadas, sintetizadores y el icónico timbre de su vocalista Daniel Smith, las once canciones resultan en un LP bailable y con coros que permanecen en tu cabeza y te ponen a pensar. Una fórmula efectiva que, mientras mantenga exponiendo temas relevantes y llegadores en canciones muy cuidadas, seguirá funcionando.

Bastille regresa el veintinueve de octubre a la CDMX, después de tocar el año pasado en el Corona Capital, para su primer concierto como acto principal en el Pepsi Center. En directo, el sentimiento que imprime Dan a las letras y la variación de las canciones con todos los instrumentos en vivo, resultan en un show que hay que ver.

Foto: Especial

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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