El efecto Peter Murphy: Es imposible dejar de verlo en el escenario

Podríamos ver a Peter Murphy caminando en la calle, moviéndose en un cuarto sin música o simplemente parado, y pensar que está en medio de una presentación. Es como un actor de método que se convierte en distintos personajes en un mismo escenario. Y así, puede ir de una figura mítica sin nombre hasta transformarse en la más grande. En otras palabras, Murphy con Bauhaus, sin duda es uno de los más grandes showman que crecieron (o mejor dicho crearon) un tipo teatral de presentaciones que prácticamente hipnotizan a las audiencias. Y su presentación de la noche del 11 de enero no fue la excepción… Resulta pues, imposible dejar de ver al cantante moverse en el escenario.

Marcamos la diferencia entre el Murphy que surgió con Bauhaus y el que evolucionó de forma solista. Los que han tenido la oportunidad de ver a los dos, saben perfectamente que cuando es Peter Murphy por sí mismo, el tipo puede ser hasta carismático y un poco encantador; sin embargo, cuando está con Bauhaus y da una vuelta al pasado, las cosas son muy distintas: su figura es oscurece e ilumina conforme se mueve hacia el público, es como si presenciaras una obra de teatro… y aquí reside la grandeza de una banda “vieja” que con 40 años encima, no ha podido ser superada.

Peter Murphy junto al bajista David J, miembros originales de Bauhaus, se presentaron ayer en el Teatro Metropólitan para celebrar el 40 aniversario de la mítica banda e interpretar en su totalidad el disco In The Flat Field de 1980 y sus mejores canciones como “Dive”, “A God in an Alcove”, Stigmata Martyr” o “Double Dare” más los éxitos que los convirtieron en una de las agrupaciones más influyentes y determinantes no sólo para el goth rock y la escena gótica de la época, sino de la música en general como “Bela Lugosi’s Dead”, “Ziggy Stardust”, “She’s In Parties”, “Kick in the Eye”, “Passion of Lovers” y la gran ausente, “Dark Entries”.

Lo grandioso de ir a un concierto de Murphy, en el recinto que sea, es la posibilidad de verlo porque, de ahí en fuera, es prácticamente lo mismo. Y con esto no queremos dar a entender un punto negativo, sin todo lo contrario. La experiencia que el cantante y la banda han adquirido con los años, se nota al grado que la mayoría de las canciones suenan igual que en las primeras versiones del disco. La voz de Murphy se rompe y sale de lo planeado cuando debe hacerlo, pero en todo lo demás suena igual a como lo grabaron entre el 79 y el 80. De este modo, su concierto de anoche se convirtió en un viaje al pasado que muchos de los presentes vivieron y otros revivimos a través de su música.

In The Flat Field es un disco que llegó para imponer un sonido nuevo cargado de melancolía, pero no esa que ya sonaba con la voz de Ian Curtis para Joy Division, sino uno más minimalista, frío y sintético que variaba conforme avanzaba el tiempo gracias a la presencia de Murphy y los elementos que adhirió a su sonido e imagen como el glam y un poco de metal al menos en su esencia.

Las audiencias mexicanas siempre se han caracterizado por ser ruidosas, incluso más frenéticas que la misma presentación de la banda. Sin embargo, ayer también fue distinto a cualquier otro concierto de cualquier otro grupo. E público (sin sacar de contexto la palabra) se supo comportar con una leyenda y viceversa. Aplaudieron y ovacionaron cuando era momento de hacerlo y se olvidaron del típico “otra, otra” antes del primer encore. También supo cantar y guardar silencio ante la actuación de Murphy.

Para abrir 2019, Peter Murphy, David J y el sonido de Bauhaus fueron perfectos en una noche llena de misticismo, actuaciones, el sonido de una banda legendaria y la voz estentórea de Murphy que parece no ha cambiado en estos 40 años. Por acá les dejamos el setlist del concierto de Peter Murphy en el Teatro Metropólitan y algunas fotos de su presentación:

Double Dare

In the Flat Field

A God in an Alcove

Spy in the Cab

Small Talk Stinks

St. Vitus Dance

Stigmata Martyr

Nerves

King Volcano

Kingdom’s Coming

Burning from the Inside

Silent Hedges