Han pasado más de 25 años desde que cuatro jóvenes originarios de Ciudad Satélite, Estado de México, decidieron compartir su amor por la música y hacer una banda. Sin embargo, uno de sus objetivos desde el inicio de la banda, era que sus canciones estuvieran empapadas de la cultura mexicana, que al escucharlo inmediatamente uno dijera: “esto suena a Café Tacvba“.

Un sinnúmero de historias  son las que han vivido Meme, Rubén, Joselo y Quique a lo largo de todo este tiempo, con giras que los han llevado a recorrer todo el mundo, en donde se han ganado el reconocimiento como una de las bandas de rock mexicanas más importantes. Parte de todas estas aventuras, fueron retratadas en Bailando por nuestra cuenta, un libro del escritor Enrique Blanc que durante varios años se reunió con los integrantes de la banda, con el único propósito de contar su historia.

Platicamos vía telefónica con Enrique, sobre todos los detalles de este libro que estuvo a punto de no publicarse en diversas ocasiones, pero tras intentos fallidos, largas entrevistas con cada uno de los integrantes de Café Tacvba, y horas sin sueño editando textos, por fin salió a la luz, revelando la fascinante historia del cuarteto de Satélite.

Cafe Tacvba Vive Latino

Sopitas.com: ¿Cómo fue tu primer acercamiento con la banda y qué es lo que te motivó a seguir apostándole a este proyecto? Porque estuvo a punto de no publicarse. 

Enrique Blanc: El primer acercamiento se da posteriormente a la salida del libro que escribí sobre Julieta Venegas en España (De Mis Pasos: Conversaciones con Julieta Venegas, 2007). Me interesaba hacer uno sobre Café Tacvba, así que me acerco pero en ese momento ellos no estaban interesados. Me dijeron que no le veían una razón en ese momento, pero dejé plantada mi semilla. A partir de ahí, coincidimos de una manera extraña en diversos lugares: en Nueva York, luego en California cuando venían a grabar. Siempre era una cosa accidental, me encontraba con uno, con otro. Luego coincidimos en el Watcha tour en el año 2000. Y cuando cumplen 20 años me dicen: ‘pues ahora sí ¿Cómo vez, te prendes?’ Y yo dije ‘claro que sí’.

Ellos también iban a hacer otro tipo de ejercicios por estos 20 años, que era el documental Seguir Siendo, además de un libro que está preparando Rubén, más gráfico. Acordamos que serían entrevistas individuales. Comencé con la primera tanda de entrevistas en El Ensayo, y a través del management acordábamos algunas visitas al DF, Guadalajara, para tener por lo menos una sesión de una hora con cada uno. En algún momento fui a un par de conciertos. Fueron muchas sesiones, como 10 por cabeza. Recuerdo haber estado en casa de Meme, Quique, Joselo, en El Ensayo con Rubén. Las últimas que se hicieron, fueron en los ensayos previo a la grabación de El objeto antes llamado disco en el Auditorio Blackberry. Esa era la dinámica, los llamaba y les decía que quería continuar.

Me siento muy agradecido porque pese a que pasó mucho tiempo en el que el libro no conseguía materializarse, ellos seguían estando generosos. En un principio la idea era que saliera para los 20 años, pero no se dio. Hubo dos esfuerzos fallidos por lanzarlo de forma independiente y no cuajó. Yo les decía: ‘tengo que actualizar’, y ellos me contestaban ‘sí claro’. Siempre creyeron que este libro algún día estaría impreso.

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S: ¿Qué parámetros seguiste para recopilar todo este material y no perderte en este mar de información?

EB: Como periodista musical, cada vez que te acercas a un grupo o un solista para que te cuente una historia, lo que tienes a la mano para seguirle la huella y ver cómo evoluciona o cambia, es su discografía. Me zambullí en la discografía de Café Tacvba, llegando a los detalles más extremos, como a quién habían puesto en los agradecimientos, con quiénes colaboraron, quién era el productor. Yo no quería dar una visión de carácter de sección de entretenimiento, donde hablara de su vida privada. Me interesaban más las dinámicas que ponen en ejercicio para hacer cierto tipo de canciones, el hacer tal sonido, cómo fueron cambiando en el tiempo, y todo lo que han hecho, había un mundo de posibilidades. Hice un capitulo para que lo vieran, lo aceptaron, les encantó la idea y comencé a trabajar con ellos. En las entrevistas había mucho material que empecé a transcribir y al mismo tiempo editando. Al final por ejemplo, alguno contaba una anécdota y se parecía a la de otro, entonces elegía uno de los dos testimoniales, el que me parecía más atinado. En estos cuestionarios, decía: ‘esta pregunta se me antoja hacérsela a Rubén y a Joselo. Y esta otra a Rubén, a Quique y a Meme’. Eso me daba versiones distintas o complementarias de un recuerdo ligado a una vivencia o canción. Armaba una especie de rompecabezas. La gran cantidad de lo que se dijo, está ahí.

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S: ¿Por qué decidiste escribir el libro en un formato pregunta-respuesta?

EB: Por distintas razones. Una de ellas es porque en un principio así se había planteado ante ellos el libro, que fuera de conversaciones. Número dos, porque le tengo mucho amor a la entrevista, me parece que es uno de los géneros periodísticos que te permite acercarte a una persona, y que ella misma con la emoción que le significa su propia experiencia del pasado, te lo cuente. Otro argumento que pesó, es ver la elocuencia con que ellos plantean este tipo de cosas y que decía: ‘si yo empiezo a interpretar lo que dicen, va a perder esa frescura’. El testimonio vívido de los personajes me parecía muy enriquecedor, si lo cambiaba iba a tener que editar de una forma aún más severa. La impresión que tengo ahora, es que mucha gente agradece ese formato. No soy yo contando la historia, más bien son sus propias voces diciéndote cómo fue.

S: A nivel de la persona, y no del artista ¿Qué descubriste en la personalidad de cada uno de ellos que te sorprendió durante el proceso de creación del libro?

EB: Desde el principio tuve una identificación muy clara con cuatro melómanos obsesivos incurables, como yo (risas). Si alguien citaba a Weezer, ambos sabíamos quiénes eran. Cuatro individuos con una cultura musical muy nutrida, con mucha imaginación, con los pies muy claros en su tiempo; que están al día con los contenidos; que tienen opiniones por lo general en cualquier campo: política, economía, cultura. Cuatro mentes con una elocuencia torrencial. Al momento que ellos empezaban a hablar era como ‘wow’. Todo ese material que me compartían me sorprendía, la disposición y ese ejercicio de memoria de regresar al pasado, recordar, divertirnos con algunas anécdotas. Cuatro personas con un espíritu lúdico, que no dejan de jugar, y que en esa idea de jugar, han hecho todas esas canciones.

S: De todo lo que te contaron ¿Hay alguna anécdota en particular que te compartieron y te sorprendió?

EB: Hay un sentimiento con un testimonio de Rubén, en el que cuenta que iban en Tijuana con Octavio Hernández, que es un periodista de esa ciudad. Él y yo hicimos en algún momento un fanzine en Los Angeles llamado El Acordeón. Octavio falleció hace un año año y medio, y él les programa “Chilanga Banda” de Juan Jaime López, y ellos dicen: ‘claro, éste es el auténtico hip hop mexicano’. Ese testimonio breve, el que estén ahí Octavio, que fue un gran colega; Jaime López, que es un gran músico, el que más admiro en este país; y los Tacvbos, me llena de emoción.

Café Tacvba anuncia el lanzamiento de una nueva canción.

S: ¿Qué es lo que te llevas, a nivel escritor y melómano, de la experiencia de hacer este libro?

EB: En principio la alegría de decir ‘vaya ya salió’, porque fue un proceso muy largo. La gran satisfacción de que lo publique una editorial grande. Por otra parte, ahora platicando con la prensa, me llama la atención que muchas cosas que yo he dado como por sentadas, llaman la atención. Por ejemplo, entrevistas individuales, las pego, la misma pregunta a los tres, que se complementan. Algo que al principio no era tan calculado, ahora le sorprende mucho a la gente. Pero además, que es un documento que gracias a los testimonios de Café Tacvba, nos deja entender más allá lo que ha pasado en el rock mexicano desde finales de los 80, cuando ellos eran fans, hasta que son estrellas internacionales. Ahí se puede reflejar ese gran sueño que es entrarle a la música. Un montón de cosas que aspirantes a músicos pueden comparar, un libro didáctico para los músicos. Creo que es un libro que en muchos planos, aporta cosas y a mí me da satisfacción porque si lo que uno hace es trabajar el testimonio, en la manera en la que lo hice, hay un aporte personal, me gusta que sea un gran trabajo periodístico.

S: Y tú como experto musical ¿Qué opinas acerca de la escena mexicana? Porque parece que nos hacen falta más bandas como Café Tacvba hoy en día

EB: Creo que es un fenómeno que se da en principio como a nivel latinoamericano, incluso a nivel internacional. Se habla mucho de los headliners, pero creo que también la industria ha cambiado, es decir, las multinacionales perdieron terreno y eran las que impulsaban para que estos músicos tuvieran más atracción. Internet nos ha abierto muchas posibilidades para consumir música de otra manera. Nosotros mismos, antes escuchábamos un disco 20 veces, ahora escuchamos 20 artistas una sola vez. Me parece que es la manera de consumo, la oferta tan grande que hay no permite desarrollar a las propuestas musicales. Hoy en día hay mucho auge de eventos y bandas que acontecen en Sudamérica y México. Yo viniendo de Guadalajara, creo que está en un gran momento, con una banda como Troker que ha tocado en Glastonbury dos veces, me parece que es un gran logro, pero en la sobre oferta de información, ni eso queda claro. Es un poco por eso.

S: ¿Cuál es tu disco favorito de Café Tacvba?

EB: Obviamente Re, porque marcó todo un momento. Me gusta Sino. Me gusta el experimento de Revés/Yo Soy, pero yo creo que Re. Incluso ellos mismos celebraron sus 20 años con gran cariño. Re marcó una época muy importante en el rock latino cuando había una idea de hacer algo con identidad. Si bien el primero dejaba muy en claro que se trataba de una banda de la Ciudad de México, el segundo demuestra cómo ellos, que tienen un arraigo muy grande a Satélite, habían empezado a nutrirse un poco de la música nacional, y que como pocas bandas de esa generación, te quedaba claro que era una netamente mexicana, ya con una visión de las muchas tradiciones que se dan en este país.

S: Hace poco lanzaron “Un Par de Lugares”, la primera canción de su nuevo disco. Al escucharla, ¿qué podemos esperar del nuevo disco de Café Tacvba?

EB: A mí este sencillo me dice una cosa: me suena mucho como Sino. Si bien tienen un sello muy particular, han sabido reinventar su sonido, no iban a sacar la cosa mas extraña que tuvieran en esta cita creativa, sino algo que refrendara un poco su firma, que tú dijeras ‘esto es indudablemente Café Tacvba‘. A lo mejor no tiene un distanciamiento tan claro, pero yo creo que El objeto antes llamado disco es un álbum en el que vuelven a tener una fusión (rock/música tradicional mexicana) pero de otra manera, más sutil. Pero que hay una parte donde suena a latinoamericano de una manera tremenda. “Zopilotes”, “Olita del altamar” por ejemplo, me parece que es como un retorno. Este sencillo se salta al Objeto... y regresa a lo que hacen en Sino. Yo no me atrevería pensar que este sencillo va a marcar la pauta para un sonido uniforme. A mí me da curiosidad, esto es un buen paso para refrendar una firma y decir, ‘a ver qué viene’.

Por: Abraham Huitrón

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